35 cocinas con barra bonitas y prácticas para inspirarte

En las cocinas con barra que además son blancas y no cuentan con tiradores, los taburetes ayudarán a darle carácter al espacio. Si los eliges de fibras, como estos que ha puesto Pia Capdevilla en esta cocina, subirá la temperatura y el efecto será mucho más cálido. 

Esta barra de cocina es elegante y de lo más sofisticada. Aunque los muebles de la cocina son blancos, sencillos y de aspecto minimalista, se ha dado el toque más moderno y elegante mediante los taburetes, de estructura de metal y asiento de cuero, y los apliques negros, que iluminan la barra.  

Aunque una barra pueda parecer un concepto moderno, lo cierto es que también se ha convertido en un recurso habitual en cocinas rústicas y clásicas, permitiendo crear un pequeño office sin renunciar al encanto tradicional.

En esta cocina de estilo romántico, la barra se ha integrado de forma armoniosa en la isla, creando un acogedor espacio para dos. Los taburetes blancos aportan un bonito contraste con el azul de la isla, al mismo tiempo que se combinan con el techo y las paredes, logrando un ambiente equilibrado y lleno de luz.

Esta cocina cuenta con una isla muy ancha que permite aprovechar al máximo el espacio. El lado que da al salón se ha destinado a crear un office o comedor informal en forma de barra, perfecto para desayunos, comidas rápidas o incluso para trabajar. Para integrarla mejor con el mobiliario de la cocina, los muebles inferiores son de madera, aportando calidez y continuidad visual.

Un detalle muy práctico y original es la incorporación de colgadores bajo la encimera, ideales para colgar el bolso, como en las barras de los bares. Un pequeño gesto que marca la diferencia en comodidad y funcionalidad.

Y es que casi casi es una pieza de diseño. Y lo mejor de todo es que, además de servir como barra de cocina, también separa el salón de la cocina y esconde la calefacción. Una gran idea de la interiorista Pia Capdevilla.   

Tener uno no implica tener que prescindir del otro. Si no, observa cómo ha hecho aquí Begola Susaeta, de Sube Interiorismo. Además de hacer las veces de barra, sirve también como pasaplatos y como nexo y separación entre el comedor y la zona de cocinar. 

Porque si tienes la zona de fuegos en la isla, puedes alargar la encimera de la cocina y convertirla en una cómoda mesa alta con cabida para todos. Conviértelo en la zona habitual para comer con un toque más elegante: añade una lámpara de fibras a juego con los taburetes, como ha hecho aquí la decoradora Solange Van Dorsen. ¡Nos encanta!   

Y también zona de aguas y de almacenaje. Para tener además espacio para guardar los taburetes y que no sean un obstáculo, se ha alargado la encimera lo suficiente para que quepan debajo.

Por cierto que su diseño en madera natural y asientos de crochet le van de perlas para crear contraste con una cocina minimalista como esta. 

Esta cocina cuenta con una isla que se ha diseñado con una distribución muy práctica y funcional. Se ha dividido en dos zonas: por un lado, una barra con taburetes altos que sirve como espacio para desayunos y comidas informales, y por el otro, una zona de armarios que aporta un extra de almacenamiento, ideal para mantener todo en orden sin renunciar al estilo.

Esta cocina semiabierta, enmarcada por elegantes paredes de cristal, combina funcionalidad y diseño a la perfección. Su protagonista es una isla de obra que incluye un práctico hueco pensado para colocar un par de taburetes, convirtiéndola en un rincón perfecto para desayunos o comidas informales.

Nos encanta el contraste entre la encimera de microcemento blanco, que aporta un aire moderno y minimalista, y los taburetes de madera, que suman calidez y un toque natural al espacio. Una combinación equilibrada que hace de esta cocina un espacio acogedor y estiloso.

...Y ahora no se ve. Esa fue la solución de Ana Galofré para esta cocina pequeña en la que no se quiso renunciar a una barra.

En este cocina semiabierta, es la barra la que actúa como separador, pero también es la ventana que une ambos espacios. Y para hacerla más ligera y tener espacio donde guardar los taburetes, se ha prescindido de armarios de cocina debajo de la encimera.

Y en cocinas mini como esta –que también es abierta– es la solución perfecta para no renunciar ni a un solo centímetro, pero tampoco a un lugar en el que desayunar o tomar una cena rápida. 

Esta isla de cocina se ha planificado como superficie extra para cocina, pero es que también cuenta con un añadido como barra de la cocina. Así se puede disfrutar de un rico desayuno mientras otra persona cocina sin molestarse. 

En esta cocina negra distribuida en U, la barra se ha ubicado en uno de los laterales. Pero es tan grande que Elisabeth Blázquez, de Dadá Interiors, se ha tomado la licencia de prescindir del almacenaje en la barra y convertirla en una pieza con carácter y una función concreta. ,

Con un estante que tenga una profundidad mínima de 30 cm tendrás una barra en la cocina. Añade unos estantes encima para hacer el rincón un poco más cálido e, incluso, puedes poner un bonito papel pintado en la pared para diferenciarlo del resto. 

Así no se ha renunciado ni a un poco de la superficie de la isla. Además, al ser de madera le da un punto cálido que combina con el techo artesonado. 

Puedes lograr un rinconcito para tomarte el café y charlar con un tablón pegado a la pared y dos bancos. ¿Te animas? 

Este tablero de 40 cm de fondo x 80 de ancho al fondo y bajo la ventana te asegura desayunos bañados por los rayos del sol y con las mejores vistas. 

Los pequeños espacios pueden ser bien aprovechados con un poquito de ingenio. La decoradora Van Castro fijó una mesa de 65 x 90 x 105 cm al tabique que separa la cocina del recibidor y lo convirtió en un office práctico y perfecto para dos.

La cocina acristalada abre una ventana que nos permite tener una barra que da al salón. Muy útil para las comidas ligeras del día a día. El acristalamiento es un diseño de los arquitectos Fran Mengíbar y Ana Blanco.

Abrir la cocina es el momento perfecto de poner una barra. Solo necesitas entre 30 y 50 cm de voladizo de la encimera y tu cocina con barra será una realidad. 

De nuevo una cocina abierta y mini que se rinde ante la tentación de tener un pequeño desayunador. Aquí solo han aumentado un saliente de madera de muy pocos centímetros a la isla de trabajo y los dos bancos de madera la hacen súper apetecible. ¿No te dan ganas de desayunar sin prisas en esta cocina con barra? 

A grandes problemas, grandes soluciones y Pía Capdevila lo tuvo clarísimo. Cuando se encontró con una columna divisoria entre el salón y la cocina, la convirtió en una barra perfecta para desayunos o para tener una zona extra de trabajo. ¿Lo mejor? Que solo necesitó un tablón de madera de unos 130 cm de ancho y 5 cm de grosor. Mira más formas de integrar las columnas en casa.

Esta casa totalmente diáfana usa la barra de la cocina para separar los ambientes. Se une con una estantería que deja ver ambos lados de la casa dándole ligereza al lugar y conservando la estética natural y súper práctica.

El saliente hace de barra y apenas deja espacio para un cafecito mañanero, pero ¿quién necesita más? Del lado de la cocina queda el fregadero. 

Si decides reformar y poner una cocina con isla, puedes añadir unos centímetros a la encimera para transformarla en una barra en la que tomar el café o incluso alguna comida rápida. 

Para que luego digan que con 50 cm no se puede hacer nada. A esta cocina le han añadido un office al prolongar un poco la encimera y ahora tienen una barra chulísima para desayunar en familia. La barra es de Corian, un material sintético sin juntas cuyo precio ronda los 320 €/m. Los taburetes se han elegido a juego con el color chocolate de la pared. 

Ahora que si te lo quieres montar en grande, puedes añadir un mueble de madera como este y combinarlo con una encimera blanca que haga juego con el resto de la cocina. Además está pegado al ventanal, para disfrutar de la luz natural que entra a través de él. 

Está en una cocina abierta al salón y se compone de un tablón de madera que sale de los muebles de la cocina en forma de L. Con las sillas blancas Phantom, es perfecto. 

Darle unos centímetros más a la encimera de piedra puede hacer verdaderas maravillas, y más aún si le añadimos dos comodísimos bancos con respaldo. Como ejemplo, esta agradable cocina con barra. 

Esta isla pegada a la pared hace las veces de desayunador, zona de trabajo y reserva espacio para almacenaje. Es amplia por lo que puede acoger a la familia, a los amigos que nos acompañan mientras cocinamos o incluso servir como escritorio improvisado. 

Esta pared está dedicada en cuerpo y alma a los desayunos. La barra está hecha con un tablero entre dos muebles. La rodean cajones con todo lo necesario empezar bien el día. Ojo al detalle extra: un flexo de luz para verlo todo mejor.