Independizarse, a día de hoy, puede llegar a ser algo muy complicado. No obstante, hay quien tiene la oportunidad de poder aprovechar rincones familiares para crear una nueva vivienda. Es el caso de un piso que antes se usaba como una buhardilla de tan solo 31 m2. Catiana, una joven mallorquina, encontró en ella su refugio. Se trataba de un espacio con acceso independiente ubicado en la casa de sus padres. De la mano del arquitecto Rafael Fullana, ahora es luminosa, habitable y muy funcional.
En este caso, queremos mostrarte una de las zonas favoritas de la joven, la cocina. En tan solo 7 m2, el arquitecto convirtió este pequeño rincón en una de las joyas de la vivienda. En color blanco, con un almacenaje perfecto para una sola persona y abierta al resto de la casa para mantener la fluidez de los espacios. ¡Nos encanta! Te la enseñamos con todo detalle.