Impresionantes, ¿verdad? Viendo estas casas, uno desearía detener el tiempo para poder disfrutarlas y refrescarse a cualquier hora en sus piscinas. Unas piscinas que, para que luzcan así de bonitas, deben tener un mantenimiento. Te lo explicamos:
En una casa con piscina, seguridad, ante todo
Si hay niños en casa es muy importante garantizar su seguridad. Por eso, se puede construir una valla ya sea de madera, bambú.., y dejar claro a los más pequeños que bajo ningún concepto pueden entrar sin la supervisión de un adulto.
Además, una buena idea es tener un botiquín de primeros auxilios cerca de la piscina, porque siempre hay algún que otro resbalón. Una tabla o un flotador nunca están de más.
Puesta a punto de la piscina
Antes de inaugurar la temporada de los baños y los chapuzones, siempre es mejor comprobar si la piscina necesita alguna reparación (azulejos rotos, fisuras...) y comprobar si la bomba y los filtros están en buen estado, porque son los que se encargan de que el mantenimiento diario funcione correctamente.
Finalmente, la piscina se debe limpiar con cepillos y ácidos, aunque nunca con jabón puesto que sus compuestos químicos pueden reaccionar con el cloro. Una vez limpia, no te olvides de añadir anti-algas.
Rutina diaria
Antes de usar la piscina, conviene retirar los restos de hojas y demás que pueden haber caído sobre el agua y vaciar el cesto de la bomba. Siempre hay que comprobar la higiene de la piscina y que el agua tenga la calidad óptima para su uso y disfrute. Por eso, hay que añadir cloro, de manera que el pH del agua esté entre el 7,2 y el 7,6%. Si ha llovido, la dosis se duplica.
Otra opción que ayuda a mantener la piscina en buen estado es el uso de una lona. De este modo, se cubre la piscina y se consigue que no haya tanta pérdida de agua por evaporación y que la temperatura del agua no varíe mucho.