Para poder disfrutar del balcón durante todo el año y a salvo de las miradas indeseadas, un toldo puede convertirse en el perfecto aliado. Además de proporcionar sombra en el balcón, limitan la entrada de calor y protegen de los rayos solares. Ayudan también a regular la temperatura interior de la vivienda, reduciendo el uso del aire acondicionado, y aportan intimidad sin necesidad de bajar las persianas. Estas son todas las claves para elegir el mejor toldo para tu balcón.
Tipos de toldos para balcones
Dependiendo del tamaño, presupuesto y estructura de tu balcón, la elección del toldo se puede ver condicionada. Estos son los más comunes:
- Toldos de punto recto: este sistema cuenta con la sujeción de los brazos en las paredes laterales. Suelen ser habituales en ventanas o en balcones con paredes laterales. Otra opción es colocar también unos soportes que sustituyen dichas paredes, aunque esto encarecerá el precio del toldo y la instalación. Su ventaja reside en su resistencia al viento y el aire gracias a sus brazos. Su gran ventaja es que se puede regular la apertura deseada hasta 180º.
- Toldo tipo estor o verticales para balcón: también conocidos como toldos telón. Funcionan mediante la fijación de los brazos a la barandilla. Sus brazos laterales –de unos 50 cm– permiten diferentes posiciones: una totalmente vertical –de ahí su nombre– y otra proyectada hacia el exterior. Destacan por su robustez y resistencia gracias a su sujeción al techo y el agarre a la barandilla.
- Toldo de brazo invisible o articulado para balcón: es uno de los que más libertad ofrece, tanto en términos de practicidad como de instalación. Sus brazos articulados (como en la imagen de apertura) permiten que no haya necesidad de amarrar el toldo a la barandilla. Es una opción robusta y perfecta para balcones grandes.
- Toldo tipo cortina corredera para balcones: es la opción más antigua, sencilla y económica. Funciona como una cortina. Consta de un riel anclado en el techo, por el que discurre la cortina por medio de un sistema de poleas. Lo habitual es que se fabrique a medida según las dimensiones del balcón. Suele utilizarse como complemento de los toldos enrollables para cubrir los laterales del balcón.
- Toldos para ventanas: son los conocidos como tipo cofre. Además de embellecer la fachada con un aspecto clásico, aportan la intimidad. Pueden tener 3, 4 o 5 arcos en la estructura.
Otras características de los toldos para balcones
- Con o sin faldón: el faldón es un trozo de lona que cuelga al final del toldo y sirve para complementar la protección ante el sol y proteger el interior de las miradas indiscretas. Su acabado puede ser en ondas o recto. Hay modelos de toldos en los que el faldón también se enrolla.
- Manual o motorizado: los manuales son los más económicos, aunque es necesaria una manivela para abrirlos y cerrarlos. Esta opción es ideal para balcones pequeños. Pero si lo que buscas es comodidad, es mejor elegir un toldos eléctrico para balcón. Pueden manejarse mediante un interruptor o con un mando a distancia. Aun así, es importante que vengan dotados de una manivela por si el sistema fallara en algún momento.
- Con cofre, semicofre o sin él: los toldos con cofre son más resistentes, ya que, en su posición cerrada, protegen completamente la lona, la estructura y los brazos, lo que prolongará la vida útil del toldo. Los de semicofre, en cambio, solo protegen la lona, mientras que los brazos articulados permanecen cerrados debajo del cofre. Los que no tienen cofre, simplemente se enrollan.
- Los extras: la casa inteligente es una realidad. Cada vez son más los dispositivos que hablan entre sí, realizando acciones de forma automática. Y los toldos no son menos. Los hay que vienen dotados con sensor de viento o detector de sol, ideales para olvidarse de los cambios meteorológicos y que el mismo toldo se pliegue y recoja según la climatología.
De qué tejido puede ser un toldo de balcón
Al elegir el toldo que cubrirá el balcón, es importante comprobar el tejido del que están fabricados. Hay varias opciones:
- Toldo de lona de poliéster: es la opción más económica, pero también la menos resistente a los rayos UV. Son perfectos para usos ocasionales. Si eliges un toldo de este tipo de material, te recomendamos que lo protegas con un plástico durante los meses más fríos. Ten en cuenta que, con el tiempo, van perdiendo color.
- Toldo de lona acrílica: es más resistente a los rayos UV que el de poliéster y su mantenimiento es también sencillo –con agua es suficiente–. Es un material perfecto para exterior porque no se pudre ni pierde color. Su única desventaja es que no ventila muy bien y produce cierto efecto invernadero.
- Toldo de lona microperforada: son los más adecuados porque protegen entre el 90 y el 99% de los rayos ultravioleta. También son resistentes a los desgarros, no se pudre y se limpia con agua. Pero, sin duda, su gran ventaja es que, al ser microperforada, permiten una óptima ventilación, lo que reduce la temperatura bajo el toldo.
Permisos y modelos para toldos de balcón
Lo más habitual es que, para instalar un toldo en el balcón, tengas que ponerte en contacto primero con la comunidad de vecinos. En la mayoría de edificios hay acuerdos sobre el color de la tela, medidas y ubicación de los toldos, lo que condicionará la elección del modelo.
Cuánto cuesta un toldo para balcón
Su precio está condicionado por sus medidas, sistema de apertura, ubicación y tipo de lona. Los toldos para balcones tienen precios que oscilan entre los 150 €, los más económicos y sencillos –apertura manual, poliéster, sin cajón y medidas de 3x2,5 m– a más de 700 € –motorizado, con cofre, tela acrílica y medidas de 4,5x5 m–. Pero los hay más caros, cuyo precio se verá condicionado por sus características. A este precio deberás sumarle el de la instalación, que también depende de cómo sea el toldo. Los de cortina son los más económicos (unos 75 € la instalación), mientras que la de los toldos de punto recto pueden llegar costar más de 800 €.
Cómo mantener el toldo de tu balcón
Si quieres que tu toldo dure años, hay ciertas cosas que puedes hacer para alargar su vida útil:
- Recógelo cuando haga viento o vaya a llover.
- Evita dejarlo abierto si os vais a ir de casa durante un tiempo determinado, por ejemplo en vacaciones.
- No guardes el toldo cuando está mojado, ya que podría hacer que aparezca moho y se estropee. Espera a que esté bien seco para guardarlo.
- Límpialo de vez en cuando: puedes sacudir la lona –con cuidado– para eliminar el polvo que se acumula en ella. Si tiene manchas –y puedes acceder a ellas fácilmente– pueden limpiarse con agua y jabón neutro. Evita el uso de productos químicos y abrasivos, ya que estropean la impermeabilidad de las lonas. Lo mismo con los limpiadores a presión.