Secretos de la revista El Mueble: añade un toque rústico y convierte tu salón en acogedor
Mucha madera, textiles cálidos, sofás mullidos y alguna que otra chimenea. Cambiar el tono de tu salón y convertirlo en en refugio rústico ¡es posible!
Periodista especializada en decoración, moda y lifestyle
Actualizado a 08 de julio de 2024, 16:43
Cómo convertir un salón moderno en uno rústico.
El Mueble
Las tendencias cambian a un ritmo vertiginoso y, lo que hoy está de boca de todos, dentro de unos meses nos puede parecer completamente desfasado. Al igual que las modas, nuestros gustos pueden cambiar conforme a nuestras necesidades vitales. Quizás hayas decorado el salón con un estilo más moderno y según los dictados de temporada pero, una vez que has vivido allí, lo has notado frío y poco acogedor. Es en este punto cuando buscamos el abrazo de unos buenos textiles, unos colores más cálidos, maderas, fibras y unas piezas que hagan de nuestro salón un espacio reconfortante.
Cuando hablamos en estos términos, el estilo rústico es el salvavidas al que agarrarse, porque siempre nos proporciona ese punto vivido que las casas necesitan. No hace falta meterse en grandes obras para conseguirlo: siguiendo una serie de claves y con pocas piezas, pero bien seleccionadas, tu salón moderno puede convertirse en el salón rústico que tanto añoras. ¿Lo vemos?
Salón con vigas de madera, sillas clásicas y cómoda decapada.
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1. Muebles heredados y recuperados
No hay nada que proporcione más encanto a un salón que unos muebles con historia y personalidad. Para conseguir ese punto, estas piezas deben tener presencia, pero también funcionalidad. En los salones modernos se priorizan los muebles de diseño, muchas veces ligeros y livianos, de líneas muy limpias y rectas. En los rústicos, predominan los de aspecto robusto, y eso no está reñido con la comodidad y la sensación de calidez que proporcionan. Una buena cómoda restaurada con amplios cajones, sillas clásicas retapizadas, mesitas auxiliares decapadas... ¡Todo vale! Las telas naturales y las estructuras de madera siempre serán un punto a favor.
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Salón rústico con vitrina verde de obra y sofás beige.
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2. Verde grisáceo: un SÍ rotundo
En El Mueble nos encanta la nueva tendencia de apostarlo todo al verde. Dentro de esta gama cromática, el tono que mejor imprime y representa ese sabor rústico es el verde grisáceo. Es ponerlo en los marcos de las ventanas, en las contraventanas, en las puertas o en las alacenas y, casi como por arte de magia, te transporta a una casita de campo. ¡Pruébalo! Acertarás seguro.
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Sofás de Tapizados las Heras. Alfombra y mesa de centro traídas de Marruecos. Mesita auxiliar de Mestizo Store.
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3. Una oda a las fibras naturales
Los objetos hechos a mano son esenciales en un salón rústico. Busca artesanías locales como cestas tejidas, lámparas de fibras, cerámica hecha a mano, esculturas de madera... Estos elementos aportan autenticidad y un toque personal al espacio. Lo vemos en este salón blanco lleno de luz y abierto al comedor. ¿Qué detalle es uno de los más especiales? La mesa de centro, hecha de fibras naturales. Como ves, con un solo elemento, pero bien seleccionado, el cambio puede ser asombroso.
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Salón rústico con vigas de madera y gran ventanal al jardín.
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4. Los textiles juegan un papel fundamental
La manera más sencilla (y económica) para dar un cambio radical a cualquier salón es a través de los textiles. En los salones modernos suelen predominar los acabados lisos y los colores muy neutros. Sin embargo, los ambientes rústicos son una oda al mix and match, que consiguen ese puntito de calidez y de estancias vividas que demandan estas casas. ¿Cómo conseguirlo? Usa tejidos como el lino, la lana y el algodón en cojines, mantas y cortinas. Las alfombras de yute o kilim aportan calidez y un toque artesanal que refuerza el estilo rústico. Lo mismo ocurre con las mantitas amorosas o, como vemos en la imagen, los pufs de punto grueso. ¡Combina todo tipo de texturas! Y no te olvides de los estampados: los cuadros para casitas de campo y las rayas para casitas que están cerca del mar nunca fallan.
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Salón con chimenea de obra
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5. Piezas de obra
Las paredes encaladas y el mobiliario de obra son sinónimos de casas rústicas, esas donde el tiempo se detiene y la vida se vive lenta. Este salón así nos lo transmite. ¿Su secreto? Una chimenea de obra con formas sinuosas y cierta estética vintage. Si quieres conseguir este efecto, puedes prescindir de tus modernas librerías e incorporar estantes de obra que se mimeticen con la pared de una forma mucho más orgánica.
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Salón rústico con pared de piedra y vigas de madera.
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5. El encanto de la piedra
La piedra es otro material natural que realza el estilo rústico. Si es posible, integra una chimenea de piedra o una pared decorativa con revestimiento de piedra. Las pequeñas piezas decorativas de piedra, como jarrones o estatuillas, también son efectivas.
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Sofá, butaca y mesa, de centro de Becara. Lámpara de pie, en Muebles Pardo.
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6. Forja y madera
Las vigas de madera son un elemento casi imprescindible para que todo el salón respire, sin mucho esfuerzo, encanto rústico. Sin embargo, no siempre es factible ni económico instalar unas nuevas. En tal caso, siempre se pueden jugar con otros toques de madera tosca y de aspecto añejo sobre el marco de las ventanas, a modo de repisas, en estanterías... ¿Su mejor aliado? Los pequeños detalles de forja y el mobiliario. Fíjate en la mesita de centro acristalada, que aun siendo de hierro resulta muy ligera visualmente, o en el coqueto manillar de estilo vintage, que conjuga perfectamente con esa puerta acristalada y lacada en verde menta.
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Salón rústico de madera con lámparas de techo de fibras naturales.
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7. El poder de la iluminación cálida
Acertar con la iluminación es crucial para un ambiente rústico. Utiliza lámparas de mesa y de pie con pantallas de tela, así como lámparas de techo de fibras naturales (¡haz composiciones con ellas!) o candelabros de hierro forjado sobre las mesas. Las luces cálidas y suaves ayudan a crear una atmósfera acogedora y relajante.
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Salón con chimenea, paredes de piedra y muchas plantas.
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8. Muchas flores, plantas y jarrones
La naturaleza es una parte inherente al estilo rústico. Decora con plantas en macetas de cerámica, fibras o metal envejecido, llena el salón de damajuanas y las mesas de jarrones bonitos con flores frescas recién cogidas y da un toque de vida y frescura a la estancia. ¡Y que no sea por flores! Los cojines, los manteles, las servilletas o las cortinas también pueden mimetizarse con este alegre estampado.
En la ventana, cojines de Zara Home, Gancedo, Filocolore, La Maison, Maisons du Monde y Leroy Merlin. Bandeja de Matèria. Boles de Luderna Design. Faroles de Catalina House, piel de Laponia. Sofá de Hypnos y butacas A Loja do Gato Preto. Alfombra y plaid de Zara Home. Puf de Matèria.
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9. Crea rincones acogedores
Finalmente, no te olvides de crear espacios dentro de tu salón donde puedas relajarte y desconectar. Un rincón de lectura con una butaca cómoda, una lámpara de pie y una manta suave puede ser el lugar perfecto para disfrutar de un buen libro y una taza de té. Recuerda que el estilo rústico lleva implícito el hecho de saborear estos pequeños placeres dentro de un hogar confortable y lleno de calidez.