Sitios inesperados para decorar con cestos y dar un toque encantador a cualquier rincón de tu casa

Colocar tres cestas idénticas o de un mismo juego en las baldas de una composición modular del salón dará sensación de armonía y equilibrio. Puedes optar por diseños de fibra vegetal para un look natural o de metal, si prefieres un aire algo más moderno e industrial. Además de ser decorativas, te resultarán muy útiles para organizar pequeños objetos.

Ahora que los muebles de fibra están tan de moda, anímate a montar un rincón igual de ideal que éste en tu casa: con un sillón de ratán, una mesita auxiliar de madera y, como maceteros, unas cestas de mimbre o bambú que pongan un punto bohemio en la decoración.  Asegúrate de que sean lo suficientemente grandes para los tiestos.

Si decides completar la capacidad de almacenaje de una estantería de obra con cestas, juega con su posición para crear un interesante juego visual (una a la derecha, otra a la izquierda…) y no descartes combinar modelos de diferentes tamaños y texturas para añadir dinamismo. En el comedor, te vendrán muy bien para guardar cubiertos, textiles y demás elementos del servicio de mesa.

Colocar una gran cesta a los pies de la cama es una solución práctica y muy estilosa para guardar los cojines y mantas cuando no se están usando. Además, si eliges un modelo con asas podrás mover la cesta fácilmente cuando necesites reorganizar o limpiar la habitación.

Los cestos altos con tapa son ideales para almacenar todo aquello que prefieras mantener fuera de la vista: desde zapatos y mantas, hasta revistas o juegos de mesa. Una idea estupenda es reservarles un sitio en el dormitorio para almacenar la ropa sucia en espera de lavado.

Quizás lo único que le falta a tu recibidor para ser un espacio tan atractivo y acogedor como los que ves en El Mueble sea el toque natural y auténtico de unas cestas artesanales. Así que, ¿a qué esperas para hacerte con unas? Un sitio en el que quedarán de maravilla es debajo de un mueble, ya sea un banco, una consola o una mesa de madera.

Ya sea en las baldas de una estantería o para completar un escritorio sin puertas o cajones, las cestas son geniales para organizar materiales de oficina, papelería o documentos. Opta por diseños de diferentes tamaños en función de lo que vayas a guardar y de las dimensiones de los huecos en los que tengas pensado colocarlas. 

Los muebles de lavabo suspendidos son tendencia en el diseño del cuarto de baño. Y es normal. Son visualmente ligeros, aportan un look minimalista y moderno a la decoración, facilitan la limpieza del suelo… Solo tienen un "pero" y es que sacrifican espacio de almacenaje. Pero nada que no puedan solventar un par de cestas en las que organizar toallas, productos de higiene o artículos de limpieza. 

Si tienes chimenea en el salón, no lo dudes: reserva un rinconcito a su lado para colocar un cesto con asas a modo de leñero. Elige un modelo robusto de mimbre o metal que soporte el peso y la abrasividad de la leña. Asegúrate de que sea lo suficientemente grande para contener, al menos, la cantidad de leña necesaria para una tarde.

El armario de tu dormitorio o los estantes de un vestidor abierto son otros sitios que puedes decorar con cestas, muy útiles para guardar prendas dobladas y accesorios pequeños. Y tienes dos opciones: elegir modelos de diferentes tamaños y colores para diferenciar fácilmente el contenido de cada uno, o que sean todos iguales para lograr un look uniforme y visualmente más limpio. En cualquier caso, siempre puedes usar etiquetas para identificar rápidamente lo que hay en cada cesto.

En este cuarto de lavado se prescindió de armarios altos para no "comerse" el espacio y, en su lugar, se colocó una balda que recorre todo el frente. Después, se completó con una serie de cestos, todos iguales, un recurso visualmente más ligero. Estos cestos, resistentes y fáciles de limpiar, permiten almacenar productos de limpieza, ropa sucia o toallas, y gracias a sus asas, se puede acceder fácilmente al contenido.