¿Por qué quedan bien los cestos de tu abuela en un salón moderno? 5 interioristas y estilistas responden

Esos cestos de fibras naturales a los que nos referimos, con su acabado artesanal, trenzado, con o sin asas, acompañados de borlas o pasamanería, algún detalle tintado o todo al natural, ¡siempre triunfan! Puedes llevarlos al salón moderno en versión cesto sin tapa o con tapa, para usarlos como opción de almacenaje y que no se vea si interior.

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Desde el estudio de interiorismo de Barcelona Brákara Studio, nos dan otra razón de profesional para adorar los cestos de abuela en un salón moderno: “Esos cestos pueden ser un elemento decorativo sorpresa muy atractivo. Crearán contraste en un salón moderno. Sin duda, aportan calidez, textura y una conexión personal con el pasado".

Por lo general, los cestos son de forma redonda, pero los hay más abiertos y bajos, con asas, que hacen el efecto de bandeja; o altos con o sin asas, idóneos para organizar mantas y cojines (incluso la leña junto a la chimenea). Pero también hay cestos de menor tamaño que pueden, en un ambiente moderno, encajar sobre una mesa o en una estantería.

Aunque se trata de un espacio moderno, los elementos naturales están permitidos. Los cestos de abuela, con sus materiales tan artesanales, son ese elemento clave para introducir la tendencia nature. “Los materiales orgánicos de estos cestos se alinean con la tendencia actual de integrar elementos naturales en los interiores modernos, creando una conexión armoniosa entre lo orgánico y lo artesanal”, concluyen los interioristas de Strada Interiors

Para los profesionales de Batte Interioristas es necesario compensar “la estética contemporánea de un salón moderno, de vez en cuando, con elementos que tienen la naturalidad de un material sencillo como es el mimbre”. Se pueden usar los cestos tradicionales como maceteros. Son el complemento perfecto para una gran planta colocada en un rincón en el suelo o para las variedades colgantes.

Por su parte, la interiorista Laura Martínez tiene claro que “los cestos de la abuela encuentran su lugar en un salón moderno gracias a su capacidad para aportar calidez y autenticidad. La combinación de elementos contemporáneos con piezas tradicionales añade carácter y narra una historia personal y única. Estas mezclas reflejan un enfoque de diseño que valora la individualidad y la memoria, haciendo que el salón se sienta más acogedor y vivido”.

La arquitecta Núria Selva Villaronga, de NSV Arquitectura & Interiorismo, sabe que los cestos pueden integrarse de manera sorprendentemente armoniosa en un salón moderno. "Suelen ser piezas artesanales, elaboradas con materiales naturales como mimbre o ratán. Estos materiales introducen texturas y tonos cálidos que suavizan las líneas limpias y las superficies lisas típicas del diseño moderno, añadiendo una sensación de calidez al espacio", indica. Pero además, recuerda que son funcionales. "No hay que olvidar que son versa´tiles y pueden servir para almacenar mantas, revistas, plantas o cualquier otro objeto, ayudando a mantener el orden en el salón sin sacrificar el estilo".

"Los cestos que pertenecieron a la abuela tienen un profundo valor sentimental y aportan una historia personal al espacio. Estos objetos únicos, hechos a mano, evocan las tradiciones familiares y transmiten una sensación de añoranza y confort. Cada cesto es singular, lo que introduce un toque de autenticidad y originalidad en el salón”, aseguran desde el estudio de diseño de interiores Strada Interiors.

"Esta combinación de lo viejo y lo nuevo refleja una tendencia de diseño actual que valora la sostenibilidad y el reciclaje, celebrando lo duradero y auténtico frente a la cultura del usar y tirar", apostilla Núria Selva Villaronga.

El mix hace match con los cestos de abuela. Mezclar líneas y estilos, es una apuesta personal. “Los cestos tradicionales, con sus texturas naturales y artesanía detallada, contrastan encantadoramente con las líneas limpias y los materiales modernos, enriqueciendo el ambiente y creando un equilibrio visual y emocional que invita a la relajación", suma la interiorista Laura Martínez.