De pasado de moda a pisazo de 80 m2 blanco, moderno y abierto (incluye plano y vídeo del interiorista)

El recibidor estaba separado del salón a través de un tabique con puertas y marco de madera que le quitaban luz. Además, el acceso a la cocina se encontraba en la misma entrada, y resultaba incómodo tener que dar la vuelta desde el salón para acceder a ella. Estéticamente, el piso había quedado desfasado y le hacía falta un lavado de cara.

Uno de los cambios más importantes fue tirar el tabique que separaba la entrada del salón. El pasillo se acortó, de manera que el paso a la zona de estar es ahora más amplio y la luz fluye sin problemas. El interiorista Rober Quiñones-Her también cerró la puerta que daba a la cocina y la abrió en el salón. Con un papel pintado de efecto textil y pintando los zócalos de blanco, esta zona se llenó de calidez.

Desde esta otra perspectiva, vemos cómo Rober sustituyó el antiguo tabique por un armario empotrado que se extiende hacia el dormitorio principal. Con las puertas blancas y sencillas, el armario se integra perfectamente en el ambiente y actualiza el look de la casa con los listones de madera que dan paso a la zona de estar.

La zona de estar contaba con un espacio generoso, pero se le podía sacar mejor partido, sobre todo a la gran pared que conectaba con el recibidor. Aquí es donde el interiorista ubicó la nueva entrada a la cocina. ¿Quieres ver cómo?

"Elegimos una puerta corredera de cristal, que evita cortar la visión general del espacio y permite la comunicación visual entre cocina y salón", explica Rober. En la parte izquierda de la pared quedaba el espacio suficiente para colocar el mueble del televisor y una librería blanca a medida, lo que marcó la distribución de los asientos a su alrededor.

Para crear un ambiente cálido y acogedor en el salón, el interiorista apostó por colores claros y calmados, tanto en la alfombra, las cortinas y los cojines, como en el sofá y los sillones, que son muy envolventes.

En la habitación contigua al salón, había un estudio que no era realmente útil para el matrimonio. Pero si se abría a la zona de estar, tenía muchas posibilidades... ¡Mira!

Tras tirar el tabique, el antiguo estudio funciona como comedor abierto al salón. Decorado con papel pintado y con un espejo que da aún más amplitud a la zona de día. Fíjate: la franja geométrica del suelo delimita los espacios, y es testigo del muro que había antes. "Los propietarios querían mantener el suelo original. Y allá donde se tiramos los tabiques, pusimos estas baldosas", explica Rober.

Al tirar los tabiques que separaban el salón de la entrada y el antiguo estudio, quedó un pilar en medio que había que salvar. Y la solución fue diseñar un mueble de madera de nogal, que tiene una parte baja para almacenar y otra abierta como estantería. Más allá del pilar, continúa hasta el comedor para dar servicio a la mesa, mientras que al otro lado alberga el armario del pasillo que veíamos al principio.

Igual que ocurría con la pared del salón, la cocina tenía un muro que quedaba completamente desaprovechado, con la puerta de entrada justo donde empezaba el mobiliario y estaba la nevera. Por la planta alargada del espacio, había cierta sensación de 'tubo'. Además, la mezcla de muebles de madera, revestimientos con cenefa y baldosas azules en el suelo daba a la cocina un aire anticuado.

Al cambiar el acceso a la cocina, ha crecido la pared con la que hace esquina la nevera, que se puede abrir cómodamente, sin entorpecer el paso de nadie. Gracias al mobiliario totalmente blanco y liso y el antepecho marmoleado, la cocina es moderna y la luz fluye mucho mejor. 

"Movimos la zona de cocción para dividir la cocina en dos áreas; por un lado, una de trabajo con encimera y, por el otro, una a modo de comedor con una mesa y una vitrina de madera y perfilería negra", explica Rober. 

El piso tiene un único dormitorio, con la suerte de tener ventana. Pero la pared pintada de rojo se comía la luz natural y empequeñecía el espacio, de por sí estrecho. El después es sorprendente... 

Esa pared roja dio un cambio radical con un papel pintado con trama y un espejo dorado que tiene tres funciones: multiplica la luz natural, da amplitud y refleja el cabecero, una pieza muy cálida y decorativa con formas geométricas efecto madera. La lámpara de techo blanca es muy liviana y da más ligereza al ambiente.

Igual que la cocina, el baño del piso había quedado desfasado. Tenía bañera, bidé y un mueble bajolavabo demasiado oscuro y pasado de moda. La mampara a franjas no era estética, tampoco las paredes decoradas con esa línea superior.

Al prescindir del bidé, Rober pudo colocar un mueble bajolavabo más alargado, lo que amplía visualmente el espacio. El mismo efecto lo consiguió cambiando la bañera por un plato de ducha a ras de suelo y gracias al pavimento casi sin juntas. "Dimos importancia a la pared frontal con una pieza porcelánica con relieve. Bañada con la luz indirecta crea un efecto muy especial", remata el interiorista.

Uno de los objetivos de esta reforma era hacer cómodo y amplio el salón, que es el espacio que más disfruta el matrimonio propietario del piso. Rober Quiñones, de RQH Studio, no dudó en tirar tabiques: desplazó la puerta de la cocina para que estuviese conectada a la zona de estar y convirtió en comedor abierto una habitación que hacía de estudio. También derribó el tabique que separaba el salón de la entrada, y lo sustituyó por un práctico mueble con almacenaje. Por un lado, es un armario en el pasillo, por el otro, una librería en el salón comedor.