Las paredes en blanco garantizan luminosidad, pero, si de pronto, ¡zas!, le das un toque de color inesperado a una de ellas es un chute de energía. Eso es lo que buscaba la interiorista Teresa Gutiérrez en este salón y el resultado no pudo ser más exitoso. La pared del sofá blanco, pintada en un gris suave, es un toque de atención y de elegancia.
Sofá, de Anmoder, en B& D. Butaca Cairo, de Casa y Campo. Mesa de centro, de Cae de Cajón. Alfombra, de Barbería. Mesa auxiliar, en Batavia. Lámpara de pie, en Santa & Cole. Puf de terciopelo, en Mestizo Store. Silla CH24 Whisbone, de Hans J. Wegner.