De "no fijes los cuadros en la pared", llega "no cuelgues los espejos". Y te preguntarás, ¿entonces, qué hago con ellos? Muy fácil, ¡apóyalos! En pequeños muretes, repisas, muebles o baldas a medida. Cualquier superficie sólida es válida. 

El origen de esta tendencia no queda del todo claro, pero, seguramente, es una práctica que nació en los pisos de alquiler - donde muchas veces no puedes agujerear la pared - y que, gracias a su estética original y desenfadada - se ha ido extendiendo a propiedades de todos los tipos, tamaños y estilos. Encontrarse con un espejo que reposa sobre una consola o un cabecero es, ya, un sinónimo de hogar moderno y lleno de personalidad. 

Antes de deleitaros con preciosos proyectos donde los espejos son protagonistas, resumiremos brevemente algunos de los beneficios prácticos y estéticos que tiene esta tendencia deco. Por un lado, evita que marques o dañes la pared, no requiere instalación y, a menos que les des un golpe, nunca van a caer. Desde el punto de vista decorativo, te permiten cambiar el look de tu casa de forma fácil y recurrente, a la vez que desprenden modernidad, dinamismo y carácter. Tras una clase teórica, llega el momento de deleitar nuestra pasión por el interiorismo con 5 proyectos que todos desearíamos copiar: 

5 IDEAS PARA DECORAR CON ESPEJOS APOYADOS