Estanterías decorativas prácticas y con estilo

Las estanterías de hierro son ligeras y perfectas para actuar como elemento de contraste en una decoración de estilo clásico. La clave para evitar que se vuelvan frías es llenarlas con elementos cálidos como plantas, jarrones, libros o cuadros, evitando en todo momento saturar las baldas para mantener la ligereza visual.

Si tienes techos altos pero abuhardillados y quieres sacarle todo el partido al espacio, no te quedará más remedio que optar por una estantería de obra que se adapte a la estructura. Si la pintas de color blanco y la divides en módulos cuadrados, concebirás el perfecto telón de fondo para tu salón. 

El último paso será decorarla. Nuestro consejo es que vayas alternando los objetos en cada módulo (igual que en la imagen), para evitar la monotonía y ganar en estilo.

¿Te apetece ponerte manos a la obra con un proyecto de bricolaje? Pues toma nota de esta estantería decorativa hecha con cajas de madera, ¡porque es lo más! Para darle dinamismo, algunas cajas se pintaron de blanco y gris, y el resto se dejaron al natural. Lo bueno de este proyecto es que puedes utilizar tantas cajas como necesites, creando una estantería totalmente personalizada.

Esta cocina de aires provenzales ha sabido aprovechar al máximo el espacio creando una coqueta librería con varias baldas colocadas en vertical. Al ser idénticas a las que se encuentran dentro de la alacena, y al contar con el mismo fondo de papel pintado floral, ambas zonas parecen fundirse en una sola.

Tres repisas de color blanco en vertical dan forma a esta sencilla estantería decorativa de corte minimalista ideal para utilizar como galería de fotografías y cuadros (las flores siempre son el complemento perfecto).

¿No sabes qué hacer con esa antigua estantería? Te proponemos una idea: píntala en un tono envejecido con la técnica del decapado. Además de darle una segunda vida y contribuir a la sostenibilidad del planeta, habrás ganado un estupendo expositor con alma vintage para tu vajilla y cristalería.

Las estanterías estilo escalera ofrecen multitud de ventajas. Para empezar, su diseño abierto las convierte en elementos muy ligeros visualmente, pero también funcionales. Y es que al contar con varias baldas dispuestas en vertical, gozan de una gran capacidad de almacenaje. ¿Lo ideal? Combinar objetos decorativos como jarrones y plantas con vajillas, libros, o todo aquello que necesites guardar, colocándolo siempre de forma desenfadada para lograr un look de revista que mezcle estética y funcionalidad.

Con un estilo nórdico que no podría gustarnos más, esta estantería a dos colores —blanco y madera al natural— dispone de tres columnas de baldas abiertas situadas a distintas alturas que le dan un punto de gracia y desenfado, junto a las dos patas que culminan la estética fresh.

¿Te atreves a romper con lo clásico? Esta estantería metálica de espíritu industrial con forma redonda y baldas abiertas, es justo lo que necesitas.

Sencilla, fresca y muy ligera. Si no dispones de mucho espacio, una estantería abierta con ruedas es la solución perfecta para añadir encanto a las estancias sin sobrecargar la decoración. Además, siempre puedes colocarla bajo la ventana aprovechando la iluminación natural.

Si quieres llevar un paso más allá tu estantería y convertirla en una auténtica galería de arte, ilumina las baldas con tiras led. Puede que durante el día no las necesites, pero cuando llegue el atardecer conseguirán que la atención recaiga sobre la estantería mientras conciben un ambiente de lo más acogedor.