Adiós al cabecero tapizado: 10 alternativas de pladur que aprovechan el espacio en dormitorios pequeños
Al ser a medida, se adaptan al ambiente para hacer protagonista a la cama. Con hornacinas, cajones, papel pintado o entelado, sus posibilidades son infinitas y personalizadas. ¿Quieres verlo?
Periodista especializada en decoración, moda y lifestyle
Actualizado a 02 de noviembre de 2024, 21:00
La cama es el eje central de todo dormitorio y su cabecero, la pieza que lo pone el valor y que guiará el resto de la decoración. Siempre hay tendencias especiales - y quizás más arriesgadas - que llegan con los cambios estación, como pueden ser los cabeceros estilo pagoda, y otras alternativas que prevalecen en el tiempo y son todo un comodín a la hora de decorar. Hablamos de los cabeceros de pladur, todo un clásico atemporal que encaja bien en todo tipo de ambientes y estéticas gracias a su enorme versatilidad.
Y es que los cabeceros de obra son un aliado perfecto para dormitorios donde se quiere aprovechar cada milímetro cuadrado. Puedes diseñarlos a tu gusto y no solo sirven para respaldar la cama, sino que podemos equiparlos para guardar los accesorios personales o colocar objetos decorativos. ¿Alguien da más?
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Dormitorio con espejo pequeño y redondo sobre cabecero de obra
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Hornacinas que son mesillas
Para ganar espacio y sensación de amplitud la clave es el cabecero de obra. Aprovecharás cada centímetro y aún más si decides poner las mesitas de noche integradas. Se suele hacer a modo de hornacinas que resultan más ligeras y espaciosas. En este caso, es una hornacina vertical con balda revestida en madera, que le da un toque de calidez para romper con el blanco neutro del cabecero. Ocurre lo mismo con el revestimiento superior, sobre el que se han colocado cuadros y un espejo redondo para dar protagonismo a esta zona del dormitorio.
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Cabecero diseño de Deulonder con apliques de Lucide. Funda nórdica y plaid gris, de Filocolore.
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Entelado
¡Qué dormitorio tan cálido! En parte, es gracias al suelo de roble que sube por la parte alta de la pared, abrigando el espacio con sus vetas y su color natural y creando un bonito contraste con el techo de vigas, un tono más claro. Por otro lado, debido a un magnífico cabecero de obra que se ha forrado con tela gris marengo, demostrando la infinita capacidad de personalización de este tipo de piezas. En este caso, es obra de Deulonder Arquitectura Doméstica, que ha incorporado una gran hornacina horizontal para compartir y unas hornacinas dobles a modo de mesitas de noche individuales. Están revestidas en madera, que ponen un contrapunto muy interesante.
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Cabecero, lámparas y alfombra, de Coton et Bois
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Hornacinas y cajoncitos
Asun Antó es una fiel defensora de los cabeceros de obra. Junto a Javi Baldrich, ideó un diseño lacado en blanco con una repisa para decorar, hornacinas que son mini librerías con un sobre de madera y un práctico cajoncito debajo de cada una. Los textiles y complementos se encargan de poner el toque cálido.
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Cabecero de obra con cristalera.
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Un murete con cristalera
A espacios pequeños, grandes soluciones (y mucha luz). El arquitecto Rafael Fullana vio claras las posibilidades del murete sobre el que se apoyaba una gran cristalera que separaba la zona de día de la de noche de este pequeño piso para convertirlo en el cabecero de la cama con un resultado espectacular. Tiene poco fondo, pero el suficiente para incluir una mini hornacina decorativa. Aquí, la iluminación natural es un punto a favor, pero recuerda que siempre se debe estudiar bien los puntos de luz, enchufes e interruptores que integraremos en este tipo de cabeceros en función de nuestras necesidades.
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Cabecero diseño de Coton et Bois revestido de papel pintado de Flamant.
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Con papel pintado y rodapié
¿Qué hacemos cuando tenemos un dormitorio de casi 40 metros cuadrados? Asun Antó ha resuelto el espacio de manera inteligente colocando un cabecero de obra que nace desde la pared, de tal manera que se pueda acceder a la zona de aseo que está justo detrás por el otro extremo. Recuerda que hay que dejar un espacio de 60 centímetros como mínimo a cada lado de la cama para poder acceder a ella. La interiorista ha integrado unas hornacinas con un pequeño y práctico cajón en la parte inferior, ha revestido la parte superior de madera y ha colocado un elegante rodapié para crear continuidad en el espacio. ¿El toque Coton et Bois? Revestirlo con papel pintado a rayas que sube mucho el nivel del resto de la habitación.
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Cabecero realizado por Boyfe.
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Con poco fondo y mesilla volada
Si solo necesitamos una pequeña repisa, ten en cuenta que con 10-20 centímetros de fondo sería suficiente. En caso de integrar la mesilla, deberíamos darle un mínimo de unos 30 centímetros. En este cabecero de obra se ha creado una hornacina, pero se ha decidido poner una mesilla volada muy capaz, gracias a su diseño XL. Se camufla con el resto de la estructura gracias a su color topo, que contrasta con las paredes y genera uniformidad.
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Cabecero realizado a medida.
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Con una librería
La fantasía de los cabeceros de pladur es que se puede crear (casi) todo aquello que tengas en mente. En este caso, la decoradora Cristina Pérez aprovechó el espacio de este dormitorio le dio triple función: integrar dos hornacinas a modo de mesillas que se han protegido con un cristal, una repisa muy decorativa y funcional y una gran librería para propietarios amantes de la lectura a los que le guste disfrutar de un buen libro antes de dormir. Al ser una estructura con tanta presencia, se optó por el color blanco para que resultara más ligera.
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Mesita de noche y lámpara flexo, de Coton et Bois, Alfombra, de Sacum.
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Un apoyo para las vigas
En ocasiones, nos encontramos con vigas maestrasen las paredes que imposibilitan crear un frente uniforme para colocar la cama. En estos casos, los cabeceros de obra son un salvavidas decorativo para salvar este obstáculo de manera estética y personalizada. Lo mismo ocurre si nos encontramos con grandes vigas que nacen del techo y necesitan sujeción. Lo vemos en este dormitorio de carácter rústico, donde una de las vigas principales que bajan hacia el suelo se apoya en el cabecero, aumentando la sensación de verticalidad y creando un nexo de unión muy cálido entre el techo y la cama.
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Ropa de cama, cojines y manta, en La Maison.
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Cabeceros que facilitan la circulación
Sí, sí, como lo lees. Nada mejor que un cabecero de obra a media altura para crear nuevos espacios y facilitar la circulación en una estancia abierta. Este, en concreto, tiene esa doble función: servir de apoyo a la cama y crear continuidad con el pasillo que nos introduce en la zona de vestidor. Tan simple, tan práctico y tan bonito.
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Medio murete de pladur a modo de cabecero
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Medio murete para separar espacios
En este caso, el cabecero de obra da la espalda al baño en suite sin hacer demasiado ruido escénico ni entorpecer el paso. Simplemente, es un recurso que ayuda a delimitar la distancia entre ambos espacios. Para marcarlo aún más, se ha colocado una repisa de madera en contraste. Este tipo de muretes pueden tener el tamaño que deseemos, aunque lo más habitual es encontrarlos a media altura, entre unos 100-120 centímetros.
Ventajas de los cabeceros de pladur
Los cabeceros de pladur son paneles de yeso laminado que se fabrican de manera artesanal. Se inicia con la estructura básica, que se elabora utilizando perfiles metálicos o de madera. Luego, se fijan las placas de yeso laminado, que se cortan a medida según el diseño deseado.
Este material se destaca por su ligereza y facilidad de manipulación, lo que permite crear formas y acabados únicos. Una vez ensamblado, el cabecero se puede personalizar a tu gusto. Sin embargo, es importante tener claro que es un elemento fijo y si queremos cambiarlo tendremos que volver a hacer obra.
¿Quieres conocer todas sus bondades?
Diseño personalizado: a diferencia de los cabeceros prefabricados, los cabeceros de pladur ofrecen la posibilidad de personalización total. Desde formas geométricas hasta diseños curvos, puedes crear una pieza que se ajuste perfectamente a tu gusto.
Acabado perfecto: gracias a su superficie lisa, el pladur permite conseguir un acabado uniforme que puede ser pintado o decorado de diversas maneras, asegurando que el cabecero se integre a la perfección con el resto del espacio.
Aislamiento acústico: el pladur tiene propiedades que ayudan a reducir el ruido, lo que es especialmente beneficioso en apartamentos o casas con paredes y mal aisladas.
Instalación sencilla: aunque se recomienda contar con un profesional para su instalación, el proceso es más rápido y limpio en comparación con cabeceros de materiales más pesados como la madera o el metal.
Mantenimiento mínimo: este material es fácil de limpiar y, en caso de daños menores, se puede reparar fácilmente con masilla.
Una opción económica: generalmente, el pladur es más económico que otros materiales de alta calidad, lo que lo convierte en una opción accesible para muchos.