“Y se hizo la luz”. Bueno, pues a veces no. Iluminar un espacio no es una ciencia exacta y depende de muchas cosas, pero, antes de empezar, debes tener varias cosas claras. Y es que “la solución no es una regla de proporciones espacio versus puntos de luz”, nos explica Soledad Rodríguez, del Estudio Soledad Rodríguez. Todo dependerá del tipo de lámpara que elijas, la bombilla y su ángulo de luz y, por supuesto, de cómo sea tu pasillo. Los hay estrechos o anchos, largos y hasta un poco angostos. De techos altos y bajos. Y, aunque cada uno necesita un tipo de luz determinada para mostrar todo su potencial, hay ciertos trucos de los que puedes hacer uso.
En pasillos anchos, los apliques de pared pueden ser la estrella para proporcionarte luz. Y, si quieres destacar algún cuadro o pared en concreto, son uno de los mejores recursos. Y si el pasillo tiene techos altos, “puedes poner lámparas de colgar, que no desciendan más de 50 cm y a una distancia de, aproximadamente, 1,5 m”, nos explica Alberto Torres, de PortobelloStreet.es. También “es recomendable que el pasillo sea más ancho a 1,2 m o que las paredes no tengan ningún tipo de decoración para que no resulte abarrotado”, puntualiza Rodríguez. Ahora, si tu pasillo es bajo y quieres aumentar la sensación de altura, “puedes poner unos apliques, siempre teniendo cuidado de no provocar efecto túnel”, afirma Torres.
¿Luz cálida, fría o neutra?
Lo mejor para las zonas de paso es una luz cálida, que invita a la relajación. La luz fría está destinada a zonas más estimulantes, mientras que la cálida se emplea para crear ambientes acogedores. También puedes utilizar la que se conoce como neutra, que imita la luz natural. !Será mucho más agradable pasar por el pasillo por la noche con una luz que no deslumbra!