El tres es un número que aparece en muchas reglas (no) escritas de decoración y el color no podía ser inmune. Y para prueba, las siete reglas o combinaciones de color que, si las sigues, pueden ayudarte a mezclar colores sin temor a que tu casa parezca un popurrí cromático.
Y es que combinar colores es una de las decisiones más difíciles a la hora de plantearse la decoración de casa. ¿De qué color pinto las paredes? ¿Me arriesgo con color o mejor me quedo con el blanco? ¿Y si me canso? ¿O me aburro?
Las pruebas de color son una ayuda inestimable para salir de dudas. De hecho, las firmas de pintura recomiendan hacerlas, no solo para apreciar el color, sino para ver cómo este cambia con la luz –natural, a diferentes horas del día, y artificial–. No temas repetirlas las veces que haga falta. Un consejo: si dudas entre dos colores o tonos, que suele ser lo más habitual, elige un tercero, te ayudará a desempatar. Este puede ser un tono más subido o más pálido de alguno de los dos anteriores.
Y una vez tomada esta decisión, que parece la más difícil, llega el drama: ¿y qué pasa con el resto de elementos de una estancia? Porque puede ser que el color que has escogido para las paredes no acabe de encajar con el sofá o con las cortinas...
Para echarte una mano en esta decisión crucial, porque si la elección cromática no es adecuada puedes sentirse incómodo en tu propia casa, existen algunas "reglas" del color que no está de más tener a mano porque pueden ayudarte a ver la luz al final del túnel. Todas ellas comparten un punto de partida importante: conviene pensar en global la paleta cromática de una estancia, y no limitarse a elegir el color de las paredes.
Y como una imagen vale más que mil palabras, ojea estos tríos de color para pintar el salón. Seguro que pueden servirte de inspiración.