12 colores raros para decorar la casa: ¿con cuál te quedas?

El naranja es un color vitamínico que desprende energía y buenas vibraciones, por eso nos encanta para decorar el salón (en el dormitorio es too much —al menos en su versión más intensa—, y preferimos optar por tonos más sosegados que favorezcan el descanso).

Pero si no te atreves a pintar las paredes con él, o crees que no encaja con la decoración general, siempre puedes añadirlo en pequeños elementos como cortinas, cojines, jarrones o macetas. Y si, por el contrario, quieres resaltarlo aún más, lo ideal es combinar colores. ¿Nuestra recomendación? Elige el naranja para las paredes, y el blanco en los sofás.

El verde mint (o menta) es uno de los tonos más frescos y dulces que existen, y aunque en las últimas temporadas se ha convertido en todo un hit de la decoración, no deja de ser un color raro. Personalmente, nos encanta cómo queda en piezas concretas como sillas de comedor, taburetes, cabeceros infantiles, lámparas de escritorio... Si se trata de una habitación infantil, tienes vía libre para combinarlo con otros tonos pasteles como el rosa y así potenciar la dulzura del ambiente, pero si no es el caso, quédate con el blanco.

El color de la pasión, del amor, de la sangre... No hay duda de que el rojo es uno de los colores más potentes que existen, pero en la decoración sigue siendo raro. De hecho, no es nada recomendable incluirlo en el dormitorio (a no ser que quieras acabar de los nervios). Lo mejor que puedes hacer para añadirlo a la deco de tu casa es optar por textiles, jarrones y detalles muy concretos. También puedes elegir una butaca o un sofá en este color, teniendo claro que se convertirá en el absoluto protagonista de la estancia.

Perteneciente a la gama del violeta, el color lila es muy habitual a la hora de decorar habitaciones infantiles, y es que su dulzura y su aura de fantasía son ideales para estos menesteres. Pero este color también se relaciona con la magia y la espiritualidad, y por supuesto, con la relajación. ¿Qué te parecería incluir el lila en la pila del lavamanos? ¡Seguro que tus visitas se quedarían fascinadas con una elección tan original!

El azul en su versión turquesa no es un color muy visto en decoración. Al menos, comparado con blancos y tierras, tonos que suelen dominar estancias como salones, comedores o dormitorios. De hecho, el azul turquesa es tan especial y cautivador que no es recomendable para concebir un total look. Luce mucho mejor en solitario, como este sofá con tapizado capitoné, ideal en compañía del blanco y la madera de la mesa.

¿Sabías que el color morado está íntimamente ligado a la realeza y al lujo? Quizá por ello, verlo como protagonista de paredes y cortinas en este distribuidor impresiona tanto. En efecto, se trata de un color raro para decorar la casa, pero ten por seguro que si buscas causar impacto, lo lograrás con el morado. ¿Cuentas con techos altos? Entonces, apuesta por pintar las paredes con este tono y resáltalo con un techo en blanco. Voilà!

No es que el negro sea un color raro, es que es muy difícil de llevar a la decoración sin que los espacios se vean demasiado sobrios, oscuros o aburridos (a no ser que tengas alma minimalista y adores el mix blanco y negro). Para incluirlo con acierto, céntrate en detalles que te gustaría destacar: una puerta, el marco de la ventana, una mesa auxiliar...

Este llamativo color que surge de la mezcla del rojo y el azul, es capaz de concebir espacios femeninos llenos de elegancia y sofisticación. Acertarás seguro si lo eliges en un sofá Chester de terciopelo o en una butaca, a poder ser con cierto estilo vintage.

Al igual que ocurre con el naranja, el amarillo es un color alegre y vitamínico, muy enérgico, y raro para decorar. De hecho, verlo en estancias con el baño o la cocina es como un eclipse solar: un evento que solo tiene lugar cada cierto tiempo. ¿El motivo principal? Que al tratarse de un color tan intenso y particular, tiende a cansarnos más fácilmente que si optásemos por un tono neutro.

Además, si lo has elegido siguiendo una tendencia, ten por seguro que en cuanto pase de moda querrás deshacerte de él. No obstante, bien utilizado, es un color muy bonito. En esta cocina, por ejemplo, se combinó con el negro para generar contraste, y se añadieron un par de lámparas de metal envejecido para darle un guiño industrial.

Si te gusta el rosa, te gusta en todas sus tonalidades, pero hay que reconocer que el rosa chicle es un color raro y complicado de llevar a la decoración... ¿o no? En este baño que parece sacado de la casa de Barbie, ¡desde luego se han lucido!

Hay que reconocer que la mezcla del rosa con la grifería dorada de estilo retro, no podría quedar más alucinante. Y tú, ¿te arriesgarías con un baño así?

El color vino es fabuloso para estaciones como el otoño o el invierno. Intenso, profundo, elegante, sofisticado... No obstante, puede llegar a hacer que las habitaciones se vean muy oscuras. Lo mejor es resaltarlo con materiales como el cobre o el latón. ¡Le van de cine!

Ay, ay, ay... Los colores neón son raros y difíciles, muy difíciles. Tan difíciles que solo los recomendamos para decoraciones puntuales en habitaciones juveniles. ¡Y es que solo con verlos nos duelen los ojos! Así que ya sabes, si tus hijos se han empeñado en llenar su dormitorio con estos colores del averno, intenta convencerles para que elijan pequeños accesorios como una lámpara, un cartel luminoso en la pared o una ilustración.