“Me llamo Gabriella, aunque todos me llaman Bella, y vivo con mi hija Isabella”. Así se presenta nuestra lectora Bella Benady, quien ha hecho de su casa en Sotogrande un verdadero refugio. Nació y creció allí, y sigue enamorada de su entorno: “Sotogrande tiene ese ‘algo’ especial: tranquilidad, discreción, encanto… que hace que la palabra hogar tenga pleno significado para mí”, nos cuenta.
Ahora, nos abre las puertas de su hogar porque ha decidido presentarse a la edición 2025 de nuestro emblemático concurso Las Mejores Casas de Las Lectoras. Quedan pocas horas para conocer a las ganadoras. ¡Qué emoción!
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“He continuado con la misma tradición de mis padres de leer El Mueble”
Fiel lectora de El Mueble, Bella nos cuenta su relación con nuestra revista: “Recuerdo ver la revista El Mueble desde siempre en casa de mis padres, y yo he continuado con la misma tradición. Ha sido una fuente clave de inspiración en la creación de la decoración de este hogar. Sus páginas, llenas de elegancia atemporal e interiores cálidos y acogedores, han influido en todo, desde la paleta de colores hasta la elección del mobiliario. Los tonos suaves y neutros, junto con las texturas naturales que destacan en la revista, han guiado la selección de materiales en mi búsqueda de una atmósfera armoniosa y acogedora. Creo que los detalles cuidadosamente elegidos, los accesorios o la iluminación, reflejan la estética característica de El Mueble para espacios como el mío, equilibrando estilo y funcionalidad. Cada rincón de esta casa cuenta una historia de inspiración extraída de la revista, transformándola en un espacio que se siente tanto hermoso como personal.”
Bella Benady
Una casa de 350 m2 que se ha convertido en su refugio
“Recién casada y esperando mi primera hija, un pequeño milagro, me propuse iniciar la búsqueda de mi casa familiar. Después de búsqueda infructuosa y frustrante, mi agente animó a ver una casa, pensó perfecta para nosotros, aunque estaba algo por encima de nuestro presupuesto inicial.”, nos confiesa Bella y nos cuenta cuando supo que su casa era la elección perfecta: “Recuerdo perfectamente que era un día cálido del mes de septiembre cuando entré por primera vez en el salón de la casa. Los rayos del sol que entraba por los ventanales llenaban el espacio de una luz envolvente y mágica. Y en ese instante supe que allí sería donde mis hijos tendrían su hogar y empezaríamos nuestra pequeña familia.”
Bella Benady
Para nuestra lectora su casa se ha convertido en su refugio, esto es lo que nos explica sobre todo lo vivido en ella: “Esto fue hace casi veinte años. En esta casa he vivido los momentos más importantes de mi vida, el amor, la pérdida, la alegría y la resiliencia ante los momentos duros. Aquí han nacido mis maravillosas hijas, que ahora tienen quince y diecinueve años. En ella me he enfrentado a un proceso de divorcio, he comenzado de cero un negocio desde la mesa de mi cocina y he combatido y superado un cáncer de mama. Y durante todos esos procesos que me han hecho la persona que soy hoy, mi casa ha sido mi santuario.”
También nos revela: “Mi casa tiene una calidez que percibe todo aquel que la visita. Posee una especie de energía o vibración que me tranquiliza y me ha sostenido en los días complicados y ha hecho que los buenos momentos tengan un brillo especial. Hoy en día estamos solas mi hija pequeña, Isabella y yo. La mayor, Sophia, se ha marchado a la universidad en Inglaterra, aunque vuelve a casa a tan a menudo como sus estudios se lo permiten, porque sabe, al igual que yo, que no importa donde la vida nos lleve, este siempre será nuestro hogar.”
Cuando le preguntamos que es lo que más le gusta de su casa, responde sin dudas: “Una de las cosas que más me gusta de mi casa es el espacio de la cocina integrada con el salón-comedor que se conectan perfectamente con los espacios exteriores, lo que nos permite disfrutar plenamente de todo el espacio casi todo el año (el tiempo aquí en Sotogrande lo permite) y lo convierte en un punto reunión con nuestra familia y amigos.”
¿Cambiaría algo?
Bella está encantada con su casa, en ella ha encontrado “no solo un lugar para vivir, sino una experiencia, un espacio diseñado para abrazar la luz del sur, el movimiento y la conexión en cada rincón”
Cuando le preguntamos si cambiaría algo, nos confiesa: “Como áreas de mejora, querría transformar tanto los dormitorios de las niñas como el área de la oficina para crear un hogar más cohesionado y unificado. Al redefinir estos espacios, mi objetivo sería integrarlos de manera más armoniosa con el resto de la casa que proporcione una atmósfera coherente y acogedora en todo el conjunto. Para lograrlo, me gustaría unificar la decoración seleccionando una paleta de colores y patrones repetitivos que fluyan sin interrupciones de una habitación a otra. Este enfoque ayudará a generar una sensación de continuidad y cohesión. Además, querría diseñar espacios personalizados tanto para mis hijas como para mi oficina. Para ellas, esto implica crear áreas que reflejen sus personalidades e intereses individuales, brindándoles un sentido de pertenencia y comodidad. En cuanto a mi oficina, mi meta es establecer un espacio funcional pero inspirador, que fomente la productividad sin perder la armonía con la estética general de la casa.”
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