Antes y después: el gran cambio de una casa pasada de moda a casa minimalista, blanca y moderna con mucho estilo

El amplio salón contaba con tres zonas bien diferenciadas presididas por una chimenea revestida de piedra oscura. Sin embargo, las paredes en tonos amarillentos o el diseño desactualizado de un elemento tan potente como la chimenea hacían que la decoración del salón se viera anticuada y el espacio luciera mucho más pequeño de lo que realmente era. Sin duda, había mucho trabajo por hacer para lograr que esta zona de día donde se suele hacer tanta vida estuviera a la altura de lo que realmente es. ¿Qué crees que hizo el equipo de Patricia Lizalde para lograrlo?

Como comentábamos, las dimensiones del salón comedor eran lo suficientemente grandes como para crear el espacio de relax y calma que todos ansiamos después de un día largo y ajetreado. A pesar de los grandes ventanales que encontrábamos en esta zona de la casa, la estancia se veía oscura y sombría y, de alguna forma, perdía la gracia que podía tener para ser el lugar perfecto de reencuentro con familiares y amigos. Había que sacarle partido a este espacio y la tarea no era fácil... 

Detrás de la zona del salón, encontramos este precioso comedor formado por una gran mesa con capacidad de hasta 6 comensales. Con el objetivo de sumar calidez a este espacio y crear un ambiente acogedor, la mesa cuenta con los extremos circulares y con patas talladas en roble que la convierten en una pieza única y muy especial. Esta zona está presidida por una lámpara de papel maché con forma de flor y dos piezas de arte creadas expresamente para esta vivienda.

Voi-là! Al potenciar todo lo bueno que tenía esta estancia, como los grandes ventanales que daban al jardín trasero y que dejaban pasar la luz de la tarde, se consiguió crear un espacio luminoso y lleno de estilo. La zona del fregadero y la placa para cocinar se situó sobre una encimera en tonos blancos y en la parte superior se colocó una balda con iluminación led, combinando los acabados de nogal y topo con el resto del mobiliario. A la hora de elegir la campana extractora se optó por empotrarla directamente en el techo, quedando toda la parte superior limpia y despejada. 

Como la cocina contaba con una distribución alargada de dos bancadas paralelas, se colocó en el lado opuesto a la zona de cocinar y fregar un lineal con torres donde fuera posible situar horno, microondas y frigorífico. El color marrón de esta zona de la cocina crea el contraste perfecto con los tonos blancos del resto de la estancia y ayudan a crear un ambiente amable y cálido.

Tras panelar la mayoría de los electrodomésticos se ha conseguido que pasen desapercibidos o que coordinen en tono con el resto. En este caso, la combinación de nogal con topo hacía oportuno situar electrodomésticos en cristal negro a juego con los zócalos.

¡Ahora sí! La zona destinada al comedor de la cocina luce luminosa y llena de estilo tras cambiar el suelo de madera a baldosas en tonos claros, a juego con el color de la pared, que ayudan a dar una mayor sensación de amplitud al espacio. La gran mesa de madera con patas en cruceta en tonos negros le da un aire atemporal y moderno al espacio, y crea la sintonía perfecta con el resto del mobiliario que veníamos viendo en el resto de la cocina. La lámpara de techo de fibras naturales consigue sumarle un toque cálido a esta zona de la casa. 

A la hora de decorar el dormitorio anteriormente se había optado por unas paredes amarillentas y un suelo de madera que ahora se habían quedado totalmente desactualizados y fuera de los parámetros de estilo. La estructura de pladur que hacía de cabecero de cama ocupaba demasiado espacio y lo hacía más pequeño de lo que realmente era. No solo había que ganar una habitación dinámica y amplia, sino que la estancia también pedía a gritos un restyling completo. 

Tras pasar por las manos del equipo de Patricia Lizalde, se prescindió de la estructura de pladur que hacía de cabecero de cama y se dejó esa pared completamente limpia para colocar un papel pintado con un cabecero tapizado en lino. Además, el dormitorio principal daba al jardín trasero, pero no se podía acceder directamente desde él, así que se abrió un hueco más grande en la fachada para colocar una puerta que diera acceso al porche del jardín, permitiendo así el paso de más luz a la habitación.

La reforma del equipo de Patricia Lizalde permitió grandes cambios también en lo que era la zona de la biblioteca, donde fue posible colocar este bonito escritorio de madera con detalles en negro que dan un aire atemporal y moderno al espacio. La forma redondeada de la silla en tonos claros hacen de este espacio un lugar más amable y confortable.