Antes y después (con plano): este piso de 40 m2 tipo loft presume de estilazo juvenil

Como puedes comprobar, no mentíamos cuando asegurábamos que el piso estaba completamente anclado en los setenta. Vas a alucinar con el cambio...

''Al tratarse de una planta baja, se ha tenido el máximo cuidado para que el piso respire y evitar humedades. Por este motivo, propusimos el repicado de las paredes de obra vista en todo el perímetro de fachada; en algún caso a media altura, con la parte superior enyesada y pintada aportando luz, y en otra en su totalidad, buscando un efecto de profundidad y sensación de amplitud'', explican las arquitectas. Respecto a la puerta de entrada, quitar la pintura antigua y dejar la madera al natural ha supuesto todo un acierto.

¿Cocinarías aquí? Descuida, no hace falta ni que respondas, porque sabemos que será un NO como una catedral. ¡Opinamos lo mismo!

''Para contrarrestar el estilo tradicional existente de base, a nivel de materiales hemos elegido una estética más setentera, apostando por una gama cromática neutra donde dominan los rosas y toques de verde-mint'', comentan Mariona Altayó y Diana Bonilla. La verdad es que el cambio en la distribución ha obrado milagros, y la presencia de la madera en los armarios de toda la cocina, junto al rosa empolvado y al blanco, aporta muchísima calidez y luminosidad.

Si la serie de Rod Serling volviera a las pantallas, seguro que esta ventana aparecería en uno de los episodios. ¿A qué oscura dimensión nos llevaría?

Al reemplazar la antigua ventana por un modelo actual, la cocina ha ganado luz a raudales y un bonito paisaje (aunque interior) que contemplar.

Estancias oscuras y totalmente compartimentadas... ¡Qué angustia!

''Hemos abierto al máximo los espacios agrupando salón-comedor, cocina y estudio. A pesar de estar conceptualmente sectorizados para el desarrollo de las diferentes actividades, los espacios se perciben amplios, las circulaciones son muy intuitivas y todo queda aprovechado sin apretarlo'', dicen las arquitectas.

Otra clave del proyecto es la bovedilla catalana, que rompe con la estética colorida y juvenil de toda la vivienda, sobre todo en las zonas comunes.

Lo peor de todo es ese visillo típico de las casas de las abuelas. No, ¡por favor!

Ahora, el acceso al patio donde se encuentra la zona de lavadero, sí que invita a entrar. A su vez, la decoración resulta luminosa y juvenil. ''El reto más importante ha sido equilibrar las paletas cromáticas para conseguir un espacio armonioso y fresco. Con los tonos terrosos y rosas, aplicados en diferentes grados de brillo y saturación, creamos un ambiente tranquilo y confortable. Para compensar, el suelo gris reluciente permite refrescar el espacio aportando luminosidad y amplitud'', afirman Mariona Altayó y Diana Bonilla.

Así, vislumbrando la ducha desde el salón, la banda sonora de Psicosis sería la más indicada. ¡Menos mal que forma parte del pasado!

Piedra vista, piezas vintage, mobiliario moderno, plantas de interior... El salón se dispone ahora como un espacio abierto y ecléctico, reflejando el espíritu setentero de la vivienda original con un look renovado. ''Los materiales también tienen una conexión con la distribución, ya que se han pensado para complementarse. Hemos apostado por un pavimento continuo del tipo microcemento, transpirable y duradero en un tono neutro, claro y limpio. Los espacios se diferencian por el mobiliario, pero la percepción se hace más grande al no presentar límites en suelo o tabiques'', nos cuentan las arquitectas.

Gracias al trabajo de las arquitectas, todas las ventanas del loft han dejado de dar miedito para pasar a formar parte de una vivienda moderna.

Al abrir las zonas comunes, se pudo añadir una zona de estudio bajo una de las ventanas del patio, equipada con un escritorio de IKEA y una estantería.

Entre la decoración que apetece vender en Wallapop ipso facto, y la sensación de constreñimiento, este dormitorio necesitaba un cambio radical.

En el actual dormitorio, el cabecero de obra ayuda a despejar el espacio, creando una zona muy útil para utilizar como almacenaje. En cuanto al techo, las arquitectas exponen que: ''La bovedilla catalana se ha tratado de forma distinta según el espacio que define. En el dormitorio la dejamos repicada con una pátina empolvada, en salón de color terroso natural y en cocina-comedor-estudio enyesada en blanco''. Sin duda, ¡la altura del techo es de gran ayuda!

El dormitorio se configuró en suite, con una puerta corredera de vidrio que accede al baño, y una zona de vestidor equipada con armarios.

El baño original era bastante amplio y, francamente, tenía muchas posibilidades, por eso se decidió dividirlo en dos zonas, una como baño y otra como vestidor.

La bañera se reemplazó por la ducha, más funcional para el día a día. Además, se jugó con distintos materiales y colores para aportar dinamismo. ''Se generan golpes de potencia con elementos tales como el frontal de terrazo, más marcado en el baño, y las luces de diseño'', explican Mariona Altayó y Diana Bonilla. Ciertamente, ¡el baño ha ganado puntos infinitos de estilo!

Aprovechar los metros cuadrados del nuevo baño resultó fundamental, así que otra de las claves de las arquitectas consistió en construir una hornacina en la zona de la ducha para utilizarla como espacio de almacenaje.

En este plano que nos han facilitado las arquitectas de MADE BCN, podemos observar la distribución original antes de la reforma integral.

Como ves, la antigua habitación ahora se ha transformado en parte del área de cocina-comedor, integrada a su vez en el salón. En cuanto al baño, con la reforma se dividió en dos para poder albergar un vestidor.