Verde turquesa y blanco, ¡qué frescor! Del aguamarina al azul verdoso pasando por el azul Tiffany o el verdigris, el color turquesa aporta a la deco serenidad y frescura. Es ideal para integrarlo en el salón o en los dormitorios. En toda la pared o en parte de ella. Los interioristas son auténticos cracks en cómo combinar colores . Aquí, Elena Eyre ha lacado en un suave tono turquesa el fondo de las estanterías blancas. Un contraste que actualiza un mueble de por sí clásico, como esta boiserie. Consola de hierro, diseño de la decoradora. Sofás, de Gómez del Pulgar. Mesa auxiliar, de La Maison con lámpara de Coton et Bois. Cortinas, de Angelina de Pepas. Dos tonos de turquesa con efectos distintos Combinar un turquesa claro con otro tono más oscuro en estancias contiguas, crea sensaciones diferentes. Para decorar el salón de la imagen se ha utilizado el aguamarina, que amplía e ilumina la zona social; mientras que en la biblioteca las paredes se han lacado en un turquesa más oscuro que le da intimidad. Si a esta combinación le añades madera, aportará la calidez necesaria para lograr el equilibrio. Butacas y reposapiés, de Crearte, con tela de Les Creátions de La Maison. Lámpara de pie Grosssman Grashoppa de Gubi. Alfombra, de Francisco Cumellas. Cojines, de Laura Ashley y Gancedo. Cuadro y cesto, de Inventory. Turquesa, blanco y gris, trío ganador Ya has visto lo bien que engaman el aguamarina con el blanco y cómo actualiza las paredes. Ahora vamos un paso más adelante. En este salón blanco, Dafne Vijande ha lacado la estantería en un turquesa claro, lo ha rodeado de tonos tierra para darle calidez. Y a ellos ha sumado un gris suave en la cómoda que aporta un toque de elegancia. Turquesa, blanco y gris, también funcionan. Butacas Mariene Room y mesas de centro Planet Room, de El Corte Inglés. Mesa del comedor, de Maia Home. Turquesa y colores neutros Vitalidad y desenfado es otro de los rasgos del color turquesa. La interiorista Begoña Susaeta ha elegido un tono intermedio, ni el más claro ni el más intenso, para lacar esta librería a medida. Interpretada en un azul Tiffany, combina con el blanco de las paredes y los tonos tierra de madera, tapicerías y textiles. Sofás, de Sube Interiorismo con tapicería de Deco Lur Sofá. Librería de DM lacado. Mesa de centro, de Exportjunk. Butacas, de Vical Home. Alfombra, de KP. Turquesa y naranja, un chute de energía A veces los muros blancos se difuminan al colocar un mueble que se funde con la pared y adquiere todo el protagonismo. Algo así ha pasado en este recibidor, cuyo perchero/descalzador se ha lacado en ese tono verde agua envejecido que adquiere el turquesa. ¿Y con qué colores lo ha combinado la interiorista Gabriela Conde? Con unos cojines anaranjados que revitalizan el tono apagado del verde. Banco y colgadores, realizados a medida. Turquesa, gris y beige El tono cardenillo o verdigrís es otra coloración turquesa muy apreciada en decoración. El interiorista Roger Bellera la ha escogido para lacar esta cocina abierta al salón. Lo ha combinado con el gris, presente en el salpicadero y el sofá, y con los tonos beige de la madera y las lámparas suspendidas. ¿Qué otros tríos de colores pueden transformar tu salón ? Sofás, de Crearte Collections con tapizado de Yutes. Mesa de centro, de Luzio. Lámparas de techo, de Ay Illuminate. Pavimento de gres porcelánico que imita el parqué. Turquesa, blanco y tonos arena ¿Quieres dar protagonismo absoluto a una zona en concreto? Utiliza entonces un tono turquesa intenso en las paredes. Es lo que ha hecho en este comedor moderno la interiorista Laura Ehlis. Y lo ha combinado con blanco en el mueble superior y tonos arena, de la mesa de comedor y el mueble bajo. Del beige hasta el marrón, toda la gama de los tierra, se complementan perfectamente con el turquesa. Mesa, diseño de la decoradora. Sillas, de Crearte. Lámparas, en Nordic Nest. Turquesa, gris y negro Mira las buenas migas que hacen el turquesa en su tono más claro, el agua marina, y el gris suave con el negro . Para añadir este último, hazlo a pequeñas pinceladas. En este salón, las paredes blancas se interrumpen y se vuelven turquesas en las carpinterías. Combinan de lujo con el gris de las tapicerías del sofá y de las cortinas. El negro se ha empleado en ligeros detalles, como los pies de la mesa auxiliar o las barras de las cortinas. Sofás y puf, de Ikea. Mesa auxiliar, de Segunda Época. Lámparas, de La Albaida. Azul turquesa y blanco Si quieres dinamizar un muro, píntalo entero o en parte de turquesa. En esta imagen, el interiorista Pepe Llaudet ha lacado un lado de la pared en un azul turquesa intenso. ¡Hasta el radiador se mimetiza con ella! El resto de la estantería (y de la pared) se mantiene blanca. Un contraste muy bien avenido. Si te fijas bien, también encontrarás madera, gris y pequeños toques de negro. Butacas, de Baladia & Valklein, en Mercader de Venecia. Mesa auxiliar, de Coco-Mat. Lámpara de pie, de Gubi. Turquesa, blanco y dorado A la feliz pareja formada por los colores turquesa y blanco vamos a añadirle un tercero en concordia: el dorado. Fíjate qué bien acompañada está la pared aguamarina de este salón con los marcos dorados y en madera de las láminas. El beige y el gris también están presentes. Todos ellos logran una sensación de calma difícil de superar. Mesa de centro, aparador y alfombra, de ID Design. Butaca, de Sacum. Cuadros, de ID Design, Kenay Home, Sacum e Ikea. Turquesa y azul El color turquesa es una mezcla de verde y azul. Por eso, combina muy bien con otros matices azulados. Prueba de ello lo vemos en este dormitorio bohemio. La pared se ha revestido con un papel pintado de estilo étnico donde el turquesa y el azul se dan la mano. El blanco aporta luminosidad y la madera, calidez. ¿Qué otros colores combinan con el azul ? Cabecero, de TC Collection. Papel pintado, de Gastón y Daniela. Cómoda, de Crisal. Espejo, de Maisons du Monde. Lámparas, de Zara Home. Turquesa, blanco y rosa El turquesa más claro, el aguamarina, forma parte de los tonos pastel. Y como buen color empolvado, combina fenomenal con los rosas, ya sean pálidos o fuertes, como el fucsia. Las interioristas Isabel Flores y Nuria Almansa han revestido la pared del dormitorio con un papel pintado geométrico turquesa. Lo han combinado con blanco, en mesilla y cabecero, y rosa en la ropa de cama. ¡Muy relajante! Mesita de noche, de Ikea. Lámpara flexo, de Leroy Merlin. Turquesa y rosa empolvado, blanco y beige Este dormitorio tan ideal es otro buen ejemplo de cómo combinar el color turquesa en las paredes con el rosa palo, el blanco y el beige. La interiorista Dara Díaz lo ha conseguido gracias al papel botánico que reviste el cabecero. Su color aguamarina va que ni pintado con el blanco del resto de las paredes y el beis de madera y fibra. Papel pintado, de Sanderson, en Papeles Decorativos. Aplique, en Little House. Baúles, de Maisons du Monde. Sillas, de Vackart. Turquesa envejecido y marrón El uso combinado de tonos fríos y cálidos es una buena manera de encontrar el equilibrio cromático. En este dormitorio vintage , la interiorista Gabriela Conde ha elegido un revestimiento de pared en un verde turquesa envejecido. Lo ha coordinado con blanco y con toques marrones cálidos para subir la temperatura. Cabecero tapizado. Revestimiento de madera pintada. Turquesa y verde La aportación de verde, en mayor o menor medida, hace del turquesa un color que combina a la perfección con otras tonalidades de su misma gama. Y este salón es la prueba. Las paredes pintadas de un verde azulado engaman con el sofá en aguamarina y los cojines en diferentes tonos de verde. ¡Todo muy eco! ¿Qué más colores combinan bien con verde ? Sofá Vallentuna, de Ikea. Cojines, de ID Design, Calma House, Azul-Tierra y Gastón y Daniela. Plato pintado, de Azul Tierra. Jarrones, de ID Design. Letra, de Taimo. Turquesa, blanco y amarillo Esta pared no es turquesa, dirás con razón. Efectivamente, es blanca. Pero mira las puertas recuperadas que, apoyadas en ella, hacen las veces de cabecero. La interiorista Asun Antó ha lijado ligeramente su tono verde envejecido y lo ha combinado con ropa de cama amarilla. Procura que uno de ellos sea suave o distanciarlos para no saturar demasiado el ambiente. El blanco frena aquí tanta potencia. Cabecero realizado con una puerta de anticuario. Mesita de noche, en La Maison. Lámparas, en Coton et Bois. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .