Y ya que estamos en casa de una experta en orden, ¡que nos enseñe cómo ordena la cocina!

La interiorista y organizadora profesional Mar Vidal nos cuenta en esta entrevista la historia de su casa:

¿Cómo es tu familia? ¿Quiénes vivís en esta casa?


"En nuestro hogar somos 6, mi marido Miguel, con el que además tengo una finca de arándanos y manzanos de 5ha muy cerquita de la vivienda, mis hijas Lucia (4 años hizo en Enero), Helena (20 meses, es de agosto) y mis dos perros, Curro (medio teckel de 14 años) y Tazi (galga afgana de 12 años)".

¿Cuál es la historia de la casa?

Corría el año 2016 cuando, viviendo en un edificio catalogado del centro de Gijón nació nuestra primera hija, Lucía, de aquella vivíamos en un piso de techos de 3,5 metros, con balconeras a la Playa San Lorenzo y ventanales de madera y cuarterón mirando a La Ciudadela; pero el piso tenía 90 m2 y sólo dos dormitorios, no tenía garaje y nosotros, dos perros que, carcamales ellos, aun siguen con nosotros.
La pregunta fue: nos mudamos o hacemos una nueva habitación y perdemos medio salón, teníamos un salón de 50 m2. Y decidimos mudarnos, ambos tenemos “la casa del pueblo” y echábamos de menos ese salir al jardín y yo, sobre todo, un huerto.
Así que empezamos a buscar pero una tras otra las viviendas no se adaptaban a nuestros distintos gustos, a él las casas modernas tipo cubo, a mi las casas de la época de los indianos, con historia. Encontramos una vivienda que nos encantó a ambos pero nos echo para atrás su precio y cuando quisimos pujar por ella ya la habíamos perdido. Y decidimos hacernos la nuestra propia.

¿Cómo la ordenas?

Con cabeza, la vivienda está planteada desde 0 para que sea tres cosas: CÓMODA, TROTERA y PRACTICA. Esto es, que tenga suficiente almacenaje para que todo tenga un sitio concreto y no haya que departamentar en exceso, que todo lo que haya en ella pueda sobrevivir a dos niñas pequeñas sin dolor, paredes con una pintura que se limpia con una toallita, suelos en los que puedes arrastrar un mueble o pisar una piedra del jardín y donde el barro y el polvo son parte de su encanto y que encuentres cada cosa de forma rápida y sin dar vueltas, con una distribución fácil de recordar y muy fluida.

¿Lo que más me ha costado?

Por ahora lo que más me está costando es la zona de la salida al jardín por detrás porque es pequeña pero no está del todo protegida del agua y también el Llagarín, el edificio que tiene el horno de leña tradicional y que en principio iba a usarse solo para hacer sidra pero que estamos dandole una vuelta para que también sea la zona de aperos porque nos hemos dado cuenta que todo lo del huerto lo dejamos allí.

¿Lo más duro de enfrentarme a esta obra?

Al poco de decidir vender nuestro piso nos salió un comprador y nos mudamos a Puerto de Vega, un pueblo a 100 km de Gijon donde tenemos nuestra residencia de verano, los viajes durante dos años a obra casi diarios, la campaña del arándano que obligaba a levantarse muy pronto y volver muy tarde estando tan lejos de la finca fue matadora y mis obras, todas por el centro de Asturias además con un bebé en camino… los últimos meses sobre todo fueron muy duros.

¿Lo siguiente?

En cuanto a El Asteiro: La sala de juegos aun está por hacer y el Laundry en proceso de ser construido, será estilo Hamptons y tengo mucha ilusión en verlo todo listo.