En pleno barrio de Salamanca, en Madrid, una joven pareja aterrizaba para buscar, en una casa de mediados del siglo XX, el lugar perfecto donde formar una familia. Hay que mencionar que se trata de unos jóvenes apasionados por el mundo del arte, con un profundo respecto por la naturaleza e historia, por lo que su nuevo hogar debía ser una vivienda con mucha personalidad, pero para ello necesitaba un cambio en su mobiliario clásico y muy señorial. Para conseguirlo, contactaron con el estudio de interiorismo y diseño LID Arquitectura, y el resultado no ha podido ser más espectacular.

Las premisas de los clientes eran muy claras y precisas: la casa tenía que tener mucha alma y transmitir emociones a través de su diseño. Lo que quiere decir que tanto los materiales como los elementos decorativos fueran capaces de vivencias y sensaciones, reflejando su propia historia. El paso del estudio por la casa ha sabido plasmar ese espíritu artístico, concibiendo un elegante refugio sofisticado pero manteniendo la esencia de casa acogedora. De esta forma, la presencia artesanal ha sido uno de los pilares fundamentales del proyecto, y el hilo conductor, la naturaleza, que de manera orgánica se reparte por cada estancia de la casa.

Y es que, la mayor parte del mobiliario procede de Oriente Medio y otros de mercados de anticuarios y mercados locales. Así, la casa está rebosante de detalles exóticos procedentes de la India, Kenya, Tanzania, Sri Lanka, Bangkok, Afganistán, Qatar... entre otros. Una forma de demostrar que la armonía se encuentra en la diversidad, haciendo presente la historia del edificio al mantener la estructura original recuperada, pinturas al fresco a medio descubrir, pilares y vigas de hormigón y muros de ladrillo. En resumen, una casa única. ¿Vamos a descubrirla?