Son tendencia. Por su belleza, aspecto artesanal, calidez y acabados. También son más mullidas y agradables al tacto que las sintéticas. Encajan en cualquier tipo de decoración, desde los ambientes más rústicos a los más actuales, dependiendo de cómo estén trenzadas (espiga, panamá, bouclé). Su única desventaja es que no pueden mojarse y se descoloran si incide el sol sobre ellas de forma continuada. Pueden ser de yute, bambú, sisal, coco o algas.
Mesas de centro, de Teodora Exteriorismo. Butaca y cestos, de Catalina House. Alfombra, de La Maison.