16 cocinas pequeñas de estilo rústico con grandes soluciones y MUCHO encanto

Hay un dúo infalible cuando tenemos un espacio pequeño y lo queremos llenar de encanto: el color blanco y la madera. Esta cocina alargada y estrecha rebosa luz, a pesar de haber solamente una ventana al fondo. Y es porque se han unificado de manera inteligente suelos, paredes y techos en un color muy neutro. ¿El truco definitivo? Llenarlo de unas texturas que nos transportan directamente a una casita de campo: techos de cañizo pintado de blanco y paredes revestidas en madera a tono, ¡campana incluida! El contrapunto de la madera al natural de los muebles bajos, con sus vetas a la vista y sus ranuras profundas, hacen el resto. Fíjate en la grifería de aspecto vintage y a la lámpara con brazo extensible, son de acero mate y refuerzan el regusto a antaño de la decoración. ¿La nota de color? En las vajillas y cazuelas verde mint.

Cuando no existen muchos metros cuadrados, siempre es conveniente crear muebles a medida, aunque resulten algo más caros. La isla de esta cocina es un buen ejemplo, y es que está diseñada a propósito para actuar como zona de trabajo y separador de espacios, delimitando la cocina del comedor. Se ha diseñado en madera natural y pintado en un color verde menta, así destaca con las paredes blancas. ¿Te has fijado en el platero de madera antiguo? Junto con las vigas, da el toque rústico definitivo

¿Quién dice que una cocina en un piso de ciudad no puede ser rústica? Este espacio lo desmiente, con un mobiliario de estilo campestre y suelos hidráulicos. Han solucionado la falta de metros cuadrados distribuyendo la zona de trabajo en forma de U, de tal manera que uno de los frentes sirve también como respaldo para el banquito del office. ¿No es buena idea?

El color de la naturaleza se expresa en esta cocina a través de su mobiliario. Nos encanta la combinación de muebles bajos tipo farmhouse , que presumen de unos frentes acanalados pintados en verde oliva. Este color es elegido también para las ventanas y puertas de paso de esta cabaña en la montaña. Los techos abovedados originales dan muchísimo encanto y han de respetarse, pero impiden colocar muebles altos, de ahí que se haya optado por una sencilla repisa para colocar elementos decorativos. El detalle que la hace única son los azulejos a todo color del antepecho. ¡Un acierto! En definitiva, una cocina mini, coqueta y con los básicos necesarios.

Las cocinas actuales suelen estar ocupadas por una isla en medio del espacio. Sin embargo, en esta estancia se ha respetado un diseño tradicional y se ha creado a medida el mobiliario de obra en cada uno de los frentes, de tal manera que se aprovecha mejor el espacio y se deja la parte centra despejada. Quizás por eso se le haya dado este protagonismo, gracias a un pavimento que combina toba y mosaico hidráulico.

Porque no todo lo rústico tiene que ser madera y piedra. También el estilo arenoso de las cocinas mediterráneas entran en esta clasificación. Los muebles bajos están forrados con microcemento, el mismo que cubre paredes y suelos, dándole continuidad. No hay armarios altos, para respetar ese espíritu de las cocinas de antaño y para no sobrecargar el espacio, que no dispone de demasiados metros cuadrados. La madera potencia la calidez del tono elegido, mientras que los tonos en negro ayudan a darle un punto más actual.

En esta cocina se hace vida alrededor de su imponente isla, con campana de la que cuelgan cazuelas y cazos de cobre que consiguen un encanto aún más rural. Sus paredes de piedra y el suelo de mosaico hidráulico recuperado son la base perfecta para conseguir que en esta cocina se respire la esencia de antes pero con las comodidades actuales. 

Tan pequeña y... ¡qué bien reinterpreta el estilo rústico! El techo de vigas en forma de cola de pez estructura el propio espacio, muy bien aprovechado. Se ha pintado de blanco, al igual que las paredes, para hacerla más luminosa. Los muebles acanalados en verde mint son los protagonistas y se aprovecha el único frente para colocar un armario alto. La encimera de madera da calidez.

Está visto que las cocinas rústicas se permiten licencias de color y el azul celeste no iba a ser una excepción. Este pequeño espacio dispuesto en forma de U sigue los códigos del estilo campestre: campana a la antigua usanza, módulos bajos con moldura y tiradores de bronce. Los azulejos tipo metro con acabado brillo del salpicadero dan el punto de luminosidad que siempre hay que buscar cuando el espacio escasea y, justo encima, se corona la pared con papel pintado de motivos florales. Un combo perfecto, compensado y nada recargado.

De nuevo, el dúo blanco y madera -decapada en este caso- da buen resultado. Los azulejos tipo metro y la encimera blanca llenan de luz esta cocina mini, que tiene todo lo que uno necesita, ¡hasta una pequeña barra de desayunos! Se ha dispuesto como continuación de la propia encimera donde están los fuegos, de manera que genera continuidad y se aprovecha perfectamente el espacio.

Nos encanta esta cocina rústica pequeña, con techos y ventanas de madera, armarios de cocina blancos, suelo de pavimento y una pequeña isla, más elevada que el resto de módulos, para cerrar el espacio y delimitar el office.

En esta cocina el mobiliario es lo que da el toque más rústico. Se trata de muebles de madera de pino recuperada, un material noble que por sí mismo da encanto al espacio. El contraste magistral de la encimera de acero lo actualiza sin perder su esencia y los estores tejidos de yute le dan calidez, al igual que la alfombra. Fíjate que no existen paredes, sino grandes ventanales que multiplican la sensación de luz y espacio y hacen al paisaje protagonista.

Esta cocina es una nueva versión del estilo rústico, con mobiliario de obra revestido de microcemento. Cómoda, sencilla y luminosa, con un homenaje a las fibras naturales y al verde de la naturaleza en el marco de la ventana. No todas las cocinas de este tipo han de resultar cargantes y abarrotadas.

Esta cocina tiene un panel de cristal que la comunica con el resto de la casa y, por eso, no resulta tan pequeña, sino abierta al exterior. Aunque la madera de roble domina el ambiente, no queda recargado gracias al microcemento, una solución con muchísima fuerza decorativa que ha llegado a conquistar todas las estancias y en todos los estilos.

Aunque no lo creas, esta cocina no está en una casa de campo, sino en un piso urbano. ¡No hay nada que no nos guste de ella!  Los zócalos blancos, los muebles en verde menta y el colgador de utensilios sobre la isla, que en realidad es una lámpara... Todo un acierto. 

Pequeña, sí, pero con todas las comodidades y espacio para almacenaje. Uno de los laterales tiene armarios que llegan hasta el techo, aprovechando cada centímetro. Ahí también se ha ubicado la columna del microondas y el horno, así como el frigorífico que, estando panelado, pasa desapercibido y ayuda a crear una imagen equilibrada y homogénea. ¿Más ideas? Enfrente está la zona de fuegos, que prescinde de los armarios. En su lugar, la campana de obra y los estantes presumen del mismo acabado que la pared, haciendo que pasen desapercibidos. ¡Un 10!