Un casa reformada llena de armonía

Carolina González Miranda

Periodista especializada en decoración. Directora adjunta de El Mueble

Actualizado a 18 de enero de 2022, 10:23

Contemplada desde el exterior la casa parece de otros tiempos, con su entrada porticada, las columnas de inspiración jónica, la puerta protegida por una verja preciosa y estilizada, y el remate de la terraza del piso superior con balaustrada.

Todo respira un aire muy de finales del siglo XIX y principios del XX, vamos, de hace ya más de cien años. Por dentro, sin embargo (estaréis de acuerdo conmigo porque la realidad salta a la vista) los espacios son diáfanos y muy actuales, con suelos impecables de madera de sucupira, y ventanales amplios por donde se cuela la luz y el paisaje. Bueno, pues os aclararé que las dos impresiones, la de fuera y la de dentro, responden a la verdad y a la historia. Resulta que la casa se tenía más mal que bien en pie cuando la vieron los propietarios actuales, pero mantenía algo de su antigua prestancia, estaba a tiro de piedra de Barcelona y contaba con un jardín lleno de posibilidades. Así que, a pesar del desastroso estado que mostraba, ellos no lo dudaron y apostaron por rehabilitarla por fuera y trasformarla por dentro. Una elección plenamente acertada, a juzgar por los espléndidos resultados obtenidos. El exterior hubo que respetarlo en gran medida, ya que, dadas sus características modélicamente centenarias, su cuerpo central forma parte del catálogo de edificios protegidos de la zona. El interior fue sometido a una reforma drástica. Pasado y presente pasaron, pues, a convivir la mar de pacíficamente.

Dicho lo dicho y explicado el porqué de las visibles diferencias entre el fuera y el dentro, os daré cuenta ahora de los puntos más relevantes, no solo de las obras, sino del éxito de la decoración. Son cosas bien hechas de las que siempre podemos aprender.

  • Dejando al margen todo lo referente a la puesta al día de instalaciones, saneamientos, etc, tan inevitable como antipático (de llevar a cabo y de explicar), se reparó la zona central catalogada y se negoció con el Ayuntamiento el color del revoco exterior de toda la casa.
  • Dado el peso y la importancia arquitectónica del módulo central, se optó por la sencillez y la rigurosa geometría en el resto de las fachadas. La aportación más decisiva fue el aumento considerable del tamaño de las ventanas en estas alas laterales.
  • Se añadió a la fachada que da a la piscina un pequeño pabellón abierto, para conseguir así un porche cómodo y acogedor donde, tras el baño, protegerse en los días de sol intenso.
  • En los interiores se rescataron todos los elementos rescatables (algunas vigas, una o dos puertas, el recurso de las arcadas para separar espacios) y se hizo una reforma a fondo. Nuevos suelos de madera, más confortables que las destrozadas baldosas, nuevos techos, nuevas ventanas, y mucha amplitud, de metros cuadrados reales y también de sensación visual, que eso importa.
  • La propietaria se decidió por una decoración moderna, actual pero sin estridencias, de esas que nunca pasan de moda y que se pueden renovar con pequeños cambios, una elección llena de sabiduría. ¿En qué consiste? En la combinación de muebles más de hoy, como el sofá rinconero, con las butacas más clásicas, en la coexistencia de cortinas con estores, en la elección de la pintura color vainilla de las paredes de las zonas comunes, en los suelos sólidos de madera.
  • También, siempre dentro de la decoración: en la introducción de toques muy actuales y muy muy amables, como los acabados en blanco de mesas, butacas, sillas de todo tipo. Como la presencia de tapicerías suaves y dulces como el rosa palo en el salón y los cojines de un turquesa tamizado. Tonos luminosos, claros, que refuerzan la sensación de amplitud y transparencia y aseguran una atmósfera cálida y de mucha paz.
  • En los espacios privados esa armonía y esas preferencias continúan. Muebles blancos para la habitación de las niñas, toques rosas en la ropa de cama, verde levísimo en las paredes. En la habitación principal el azul es el protagonista, un color (el del mar, el del cielo) que regala tranquilidad a chorros. Y que invita a buscar el verde del exterior, en la terraza con balaustrada que contemplamos ya desde el exterior: la reina de la casa.


¿Qué te gusta más? ¿El interior o el exterior de esta casa? Cuéntanos tus preferencias en los Comentarios de este artículo.

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