Un piso discreto y muy práctico en Barcelona: decorado con toques de gris, tiene hasta vestidor y mini office

El arquitecto Jorge Moser, responsable de la reforma de este piso, nos cuenta que Sofía, la propietaria, tenía muy claro el look que quería darle a su nueva casa. "Debía tener un aire clásico y elegante –¿te has fijado en el espectacular suelo en espiga?–, pero a la vez, atemporal y sobrio. Por eso combinamos piezas de estilo más clásico, con otras recuperadas e incluso de diseño", apunta Jorge. 

Una de las claves del proyecto ha sido la luz, que se ha potenciado con nuevas ventanas y soluciones que favorecen su paso, como la puerta corredera acristalada que separa el salón del recibidor. "Donde la ves, es de aluminio, porque ofrece un perfil muy fino y el acabado no es tan rudo e industrial como el hierro", explica el arquitecto. 

Sofía siempre tuvo clara la librería del despacho. La quería grande, con vocación de biblioteca, de madera, de un personalísimo gris antracita y con una moldura discreta, "para que no se viera recargada". De hecho el despacho, con la sólida mesa de madera y la librería, ambas oscuras, respira un aire más sobrio y masculino que el salón. 

Sí, el office está en la zona de paso hacia los dormitorios. Un espacio que se desaprovechaba y que Jorge lo habilitó como coqueto office, aunque la idea decorativa corrió a cargo de Sofía: "Me apetecía que fuera un sitio divertido, que diera buen rollo para estar en familia. Compramos unos pies de mesa de bar, los pintamos y equipamos la mesa con unas sillas Thonet. Este look de bistró, ¡me encanta!", confiesa la propietaria.

El mix de estilos presente en el salón se repite en la cocina. Así, mientras en el suelo se ha optado por un damero que combina mármol y granito negro, lo que le da un punto tradicional y clásico, los muebles son funcionales y actuales. Este juego entre mármol y granito también se repite en las encimeras: en la zona de trabajo es mármol, mientras que en la barra es granito, que se ha combinado con una zona de baldas de nogal, que da el contrapunto elegante a una "cocina muy compacta". 

El dormitorio respira un aire sobrio, con pocas piezas para no abigarrar el espacio, pero especiales, como el personalísimo cabecero tapizado en terciopelo en este relajante verde agua. Un color que veremos, también, en el vestidor. 

La misma premisa de no dar ni un pasillo por perdido se repite en el dormitorio en suite, donde se aprovechó el acceso a la zona de cama para habilitar dos frentes de armarios en paralelo que sirven de vestidor, disfrutando, a su vez, de intimidad. Como en el resto de la casa, la base es neutra pero sobre ella destacan detalles de estilo, como el espejo antiguo con marco dorado o el puff retro a juego con el cabecero. Y es que, como resume Jorge, "elegancia y sobriedad no son conceptos contradictorios".