Tres días. Es el tiempo que transcurrió entre que los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar, de Mengíbar Blanco Estudio, vieron este ático, pusieron el suyo a la venta ¡y lo compraron! "Nos pasamos 24 horas soñando con este piso y en las enormes posibilidades que nos daba. ¡Y eso que no teníamos pensado cambiar de piso en ese momento! Pero este nos permitía crecer como familia y tener nuestro despacho en casa. ¡Y sin renunciar a la terraza!", destaca Ana. Y es que conservar la terraza era sagrado, porque venían de un ático con dos salidas al exterior y no estaban dispuestos a quedarse sin.

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