Periodista especializada en decoración. Directora adjunta de El Mueble
Actualizado a 06 de agosto de 2024, 15:20
Descubre todos los rincones de este ático en Galicia.
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De pecar de oscuro y con muy poco almacenaje a presumir de todo lo contrario. El antes y el después de este ático buhardilla en As Pontes, A Coruña, lleva la firma de Celia Crego, una interiorista que prima la calidez por encima de todo. Sin ir más lejos, como no podía quitar las ventanas Velux que presiden tanto el salón como el dormitorio, decidió laminar sus bajo cubiertas con un blanco satinado que contrasta con el suelo de roble.
Lo mismo hizo con ese techo abovedado que da tanta personalidad a la vivienda. ¿Supuso un hándicap para ella? "¡Para nada! Como el almacenamiento lo pensé en horizontal en todas las estancias, y además no hay estanterías para no saturar el ambiente, nunca fue un problema", nos confiesa.
La falta de espacio sí jugó en su contra. De hecho, el comedor, originalmente inexistente, nació una vez tiró abajo los tabiques que mantenían cerrada la cocina. Con esos metros extras ha tenido la posibilidad de incorporar una gran isla y, sobre todo, inundar de luz natural este entorno diáfano.
Las paredes, cubiertas de un papel pintado en tono piedra (a excepción de la zona de aguas, la cual está pintada del mismo color "para que no se dañe con el tiempo"), son las que dan uniformidad al corazón de este coqueto piso. Tal como ella misma apunta, "en esta casa ningún mueble es igual, pero todos se llevan muy bien entre sí. Al encajar diversos estilos todo se enriquece. En mi trabajo predomina un gusto por lo clásico, pero siempre incorporo toques rústicos, afrancesados e industriales porque es lo que realmente me gusta".
Sofás de propiedad con tapicería de Visual. Cojines y puf de Acevedo.
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Un toque de pintura
Este ático mide 70 m2 y es un ejemplo de casos de éxito: pecaba de compartimentado y con poco almacenaje y ha conseguido ser lo contrario. Celia Crego, la decoradora encargada de la reforma y enamorada de nuestra revista, nos cuenta que “es un piso abuhardillado, que podía ser una dificultad, pero ahora da la sensación de ‘cabañita’".
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Manta de Zara Home. Mesa de centro de Orquídea y espejo de Foimpex.
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Lleno de luz
Si algo tenía claro la interiorista Celia Crego es que este ático en As Pontes necesitaba ser mucho más luminoso de cómo era anteriormente. Por ello, mantuvo las ventanas originales de Velux y las laminó, al igual que el techo inclinado, con un blanco satinado.
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Sobre la mesa de centro, cuencos y floreros de Sareka. En la mesa auxiliar redonda junto al sofá, de Adaleya, hay un farol de El Corte Inglés. La alfombra es de KP.
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Más diáfano
Asimismo, el otro reto principal fue que este coqueto piso pareciera más grande de lo que en realidad es. Tirando abajo un tabique que había en la cocina se ha conseguido crear un espacio totalmente diáfano. “Había un medio tabique que separaba el salón del comedor. Los sofás estaban enfrentados y ahora están en L, aprovechan mejor el espacio. Antes había muchos muebles auxiliares, ahora hay uno solo donde cabe todo, es un aparador bajito de cuatro metros.
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Bandeja de Zara Home. Jarrón, vajilla y copas de Acevedo.
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Como nuevo
De hecho, el comedor antes no existía. Gracias a ese tabique eliminado se ha podido integrarlo junto al salón y la cocina. "A los sofás les pusimos fundas de lino y unos cojines en tonos tierra, para darles calidez”. ¡Sus propietarios están encantados! Encima de la mesa extensible y las sillas, ambas de Orquídea, hay una lámpara de techo de Acevedo.
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Servilletas de Lino y Algodón.
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Fusión de estilos
¿El truco para unificar los muebles viejos con los nuevos? Lacarlos todos en blanco. Y es que el blanco ¡nunca falla! Lo han usado en paredes y techos. Si es una buhardilla, como esta, las láminas de madera blanca y algunos detalles, como la ropa de cama y la funda del sofá, le an~aden calidez.
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En la isla, cuencos, platos y tablas de cocina de Sareka. Trapos y servilletas de flores de Lino y Algodón.
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Acogedora y cálida
El suelo de roble da uniformidad y aporta muchísima calidez a toda la casa. Aunque el sistema de iluminación se ha mimado hasta el más mínimo detalle, si por algo destaca este ático es por la luz natural de la que puede presumir durante todo el año y en todas las estancias.
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Las flores se encuentran presentes en distintos espacios.
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Que no falte el color
La magia de esta casa reside en que no solo hay tonalidades suaves, como el blanco y la madera, sino que el color no falta ni en los detalles más discretos. Uno de ellos, solo la vajilla, las servilletas y los centros florales, que no faltan ni en un rincón.
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Sobre la isla, lámparas de Avecedo, del mismo modo que todas las cestas.
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Ideal para desayunar
La cocina es, de hecho, una de las grandes favorecidas del cambio. La isla es nueva, ya que antes sus dueños no disponían del espacio suficiente para tenerla. Lo que sí que se ha mantenido son los muebles bajos de la cocina, aunque la interiorista los ha pintado de blanco para darles un nuevo acabado. La cocina ha sido diseñada por la propia Celia Crego.
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Encima la balda, cuadros de propiedad y apliques de Almar. Grifo de Tres Grifería.
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Cabe de todo
Las paredes de la casa cuentan con un papel pintado en tono piedra, salvo la zona de aguas, que fue pintada en el mismo tono. Además, sus dueños soñaban con disfrutar de más rincones de almacenaje en la cocina. ¿Verdad que en ese sentido Celia ha hecho un gran trabajo?
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Campana y placa de inducción de Miele.
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Una cocina muy serena
La cocina también estaba cerrada y de nuevo los colores claros ayudaron a ampliarla. ¿Otra idea? “Para dar unidad y calidez, salvo en la zona de trabajo de la cocina, todas las paredes tienen papel pintado de un tono arena”, explica Celia.
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Es preferible pocos muebles en la zona de descanso.
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Siguiendo la estética principal
El dormitorio principal está marcado por su techo abuhardillado y por paredes blancas. Han empleado recursos como tonos más fuertes, como los tierra, en varias estancias (incluso la cocina), cestos, colchas suaves, cestas y alfombras en toda la casa la hara´ recogida y acogedora.
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Cuenta con diferentes parte de diversos tamaños.
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Con mucha capacidad
Se ha optado por no poner mucho mobiliario en el dormitorio, ya que no es muy grande y podría quedar sobrecargado. En cambio, se ha preferido poner pocos elementos, pero con mucha capacidad, como es el caso de este armario que se ajusta a la medida de la buhardilla. No se desaprovecha ni un solo centímetro de la pared.
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Ropa de cama y manta de Zara Home. Papel pintado de Caselio.
Marcando la diferencia
En la habitación infantil, en vez del papel pintado que se puede observar en el resto del piso, la interiorista se decantó por uno en tonos pastel con divertidos dibujos de bicicletas. Encaja a la perfección con el cabecero de lino de la cama y la cálida personalidad de la casa. El escritorio diseñado por Celia Crego con flexo de Acevedo.
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Mueble diseñadp por Celia Crego con lavamanos antiguo. La grifería es de Roca.
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Todo a la vista
En el baño no se ha pretendido ocultar nada. Todo lo contrario. Al ser pequeño no se ha querido sobrecargarlo con elementos superfluos. La clásica moldura del techo, sin duda, contrasta con la encimera de teca.
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Integrar la cocina en el salón y conseguir una gran zona de día es una manera muy efectiva de aprovechar el espacio.
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El plano
Pese a las limitaciones con las que Celia partía inicialmente al tratarse de un piso de 70 metros cuadrados, nos confiesa que si viéramos el antes y el después nos quedaríamos de piedra. "Quienes lo han visto han quedado asombrados porque, aunque pecaba de poco espacioso y oscuro, ahora es completamente diferente", afirma.