Así es la gran casa de campo inglesa de la lectora Natalia y su familia, ganadora del concurso "las mejores casas de lectoras"

"Me llamo Natalia y soy lectora de El Mueble de toda la vida; desde que tengo uso de razón, esta revista siempre ha estado en casa. Nosotros somos de Madrid y de Talavera de la Reina, pero hace unos años nos trasladamos a Londres por trabajo", explica la lectora. Lo cierto es que en el Reino Unido, después de la pandemia, hubo un éxodo al campo, todos querían una casa lejos de la ciudad. "Nosotros miramos cerca de Londres, pero fue imposible. Y yo sabía que en Talavera había una casa a la que había puesto ya el ojo en el 2015", recuerda. 

"Al final, nos enamoramos de la que estaba al lado, se llama ‘El Sauco’ y era de un conocido. Así, pasó a ser nuestra segunda residencia", indica Natalia. Y es que se trata de una casa grande, de campo, pero súper cómoda porque está a 10 minutos de la ciudad. Tiene 3 hectáreas de jardín y una construcción de 550 m² en una sola planta. Se distribuye en cinco habitaciones dobles con baño, salón, cocina, una segunda planta con otra zona de estar y de juegos, un patio interior andaluz muy agradable y una piscina."Nos hace felices pensar que algún día nos retiraremos aquí", confiesa.

"Yo estudié arquitectura de interiores, por eso he volcado mi pasión y he decorado yo misma toda la casa. Aunque me quedan algunas cosas por acabar, estoy contenta con el resultado", afirma la propietaria. Muchos de los muebles y complementos son importados de Londres, porque a los dueños gustaba la idea de dar un toque de campiña inglesa.

"En cuanto a los sofás del salón, son de IKEA y les hice fundas con telas compradas en Londres. Me apasionan las telas, ¡tengo muchas fundas diferentes! En invierno pongo unas verdes de terciopelo y ahora, por ejemplo, he puesto unas de rayas blancas y rojas", explica ilusionada. Los cojines son un básico para jugar con los colores, y Natalia los ha incluido en toda la casa en verde y azul.

De Londres también trajeron las lámparas, los papeles pintados, los cabeceros, que están hechos a medida en Gales, la mantelería… La vajilla la encontró Natalia en Portugal y algunos cuadros los ha ido comprando en mercadillos ingleses. La mayoría de muebles por suerte ya estaban en la casa. Los más rústicos -como los escritorios de madera o las mesas de centro de forja- le dan ese sabor a casa de campo.

"Algo que me gusta mucho es que la arquitectura de la casa es española, no inglesa. La mezcla me parece muy atractiva. De hecho, no hemos realizado ninguna reforma, solo un pequeño lavado de cara, porque nos tomamos la casa como un proyecto que va poco a poco. Y ¿os confieso un secreto? He puesto muchas alfombras para tapar el suelo, que necesita una mejora, y este será mi próximo objetivo", reconoce Natalia. 

"La cocina es blanca y moderna, puede que demasiado actual para mí", declara la propietaria. Sin embargo, las lámparas de cerámica verdes y el papel pintado de ciruelas azules con ramitas verdes dan color y alegría al blanco de los muebles. "Está también de camino una tela de rayas azules y verdes para las cortinas", nos avisa. 

Para hacerla más rústica, puso un office con una mesa de pino, otra mesa hecha con dos carritos que sirven como frutero, y unas sillas de forja verdes encima de la alfombra hecha de fibras naturales. ¡Ideal! 

Si en algún lugar podía volcar mi romanticismo era en los dormitorios. Todos los cabeceros, la ropa de cama y los cubrecanapés se hicieron a medida. Lo que más me ha gustado de todo el proceso y lo que más me ha divertido han sido las combinaciones de colores. En la habitación de los niños, por ejemplo, combiné un papel pintado verde clarito de hojas –el modelo Fencott de Sanderson– con telas de rayas verdes para el cabecero y estampados florales para la colcha, y cojines lisos.

"El escritorio de madera y las mesillas antiguas se las compramos al anterior propietario. Por otro lado, las cortinas generosas han sido otra clave para "vestir" los dormitorios y toda la casa, ¡hasta en el pasillo que da al patio he puesto!", dice la dueña. 

Por último, en el dormitorio principal, el sofá-diván estilo Luis XVI ya estaba, en una tapicería de terciopelo azul, que no le terminaba de gustar a Natalia, pero lo retapizó en verde para que fuera a juego con el original cabecero y las cortinas de terciopelo. El sofá era de raso sintético y ahora está con una tela maravillosa de Coordonné.

"Para toda la casa me he basado en los tonos azules y verdes, que me llevan al campo, y ahora he empezado a incorporar el rojo cereza para darle alegría. Cada vez que compro muebles, los busco claritos para que la casa tenga más frescura", dice Natalia.

En el baño, el mueble es antiguo y Natalia cambió los tiradores. "De El Mueble he cogido muchísimas ideas, entre ellas jugar con las alfombras para dar calidez. Creo que las orientales dan muchísimo estilo… El look fresco al combinarlas con otras de fibras lo saqué de la revista", señala. 

"Me encantan los papeles pintados. Ponen el toque inglés inconfundible", explica. La ganadora ha ido haciendo composiciones con telas y papeles pintados, probando colores diferentes, para ver cómo quedaba todo junto. "Me ha "atrevido" y creo que ha quedado bien. Este papel pintado del pasillo es el modelo Raphael de Sandberg", apunta.

La casa tiene inspiración inglesa, pero los toques castizos están muy presentes. Las puertas de anticuario y los muebles de maderas oscuras estaban ya en la casa. En el recibidor, la original estructura hace de perchero y zapatero a la vez. Es de madera con detalles de papeles pintados, y fue hecha por un carpintero.  

"Como solo venimos por temporadas, la hemos acondicionado como una casa rural, certificada con 5 estrellas verdes, la máxima categoría en Castilla-La Mancha. ¡Estáis invitadas a venir!", ofrece Natalia. Esta casa se alquila por temporadas en elsauco.es.