Un exterior de estilo ibicenco Esta casa de Mallorca transmite serenidad y paz. Pero llegar hasta aquí no fue fácil. Su propietaria e interiorista, la inglesa Camilla Falconer, lo cuenta: "Estamos absolutamente encantados con el resultado, pero las obras duraron alrededor de seis meses con un ejército de constructores que trabajaron sin descanso, fue bastante estresante". Ella y su socia, Emma Langmore, tiene el estudio Interior Facelift, y son especialistas en intervenciones no invasivas, pero de resultados muy naturales. Conservando el entorno Camilla Falconer y su socia, Emma Langmore, tiene el estudio Interior Facelift, y son especialistas en intervenciones no invasivas, pero de resultados muy naturales. Con alma ibicenca “En el exterior buscábamos un estilo ibicenco con una atmósfera muy serena”, nos cuenta la británica, que eligió para toda la casa (incluido el porche y alrededor de la piscina) una preciosa piedra natural que diera continuidad visual. Un porche en el que reinan las fibras naturales “Nos convencieron las espectaculares vistas a la montaña y el hecho de que esté a solo un kilómetro de una enorme playa, por eso en la reforma procuramos que el flujo del interior al exterior no se interrumpiera; esto, combinado con tonos naturales, crea una atmósfera serena”, explica. Un interior conectado al exterior No solo los tonos son naturales, también los materiales: el techo del porche cubierto de cañizo, los sillones de bambú y las lámparas de rafia son la promesa de que el verano y el relax no se acaban nunca. Lleno de espacios de relax En esta casa mediterránea, hay tantos espacios para relajarse que es imposible elegir. En este otro porche se ha creado la zona perfecta en la que relajarse y dejar las toallas después de un refrescante baño en la piscina. También cuenta con comedor exterior Otro de los espacios exteriores es este comedor de verano en el que disfrutar de las mejores sobremesas. La mesa redonda de madera maciza invita a la conversación, mientras que el azul turquesa de la vajilla refresca el ambiente. Colores que captan la luz La forma más bella para hacer la transición hasta el interior de la vivienda son las contraventanas. “Pintamos los postigos originales de un color de la firma Farrow and Ball (el tono Down Pipe) maravillosamente versátil, ya que a veces parece un gris verde y otras un gris azul, según la luz”, añade Falconer. Un recibidor son esencia mediterránea Como nos cuenta la decoradora, “queríamos mantener el interior lo más natural posible, así que decidimos aplicar mortero a las paredes y luego dejarlas sin pintar. Encontrar el color del mortero resultó complicado, ya que queríamos un blanco cálido, pero no había muchos colores para elegir. Al final mezclamos dos colores diferentes”. Una vez dentro, nos reciben más detalles chill out y rústicos como un banco de obra excavado en el muro que, como toda la casa, es un guiño al típico estuco ibicenco (está en el recibidor). Y algo minimalista Porque contrastando con el estilo rústico y mediterráneo de la casa también encontramos espacios en los que el minimalismo es protagonista. Un ejemplo es las escaleras sin barandilla. Además, para no romper el hechizo, replicaron en el interior un detalle de las puertas y ventanas exteriores: los arcos. "Nos encantan porque crean una serie de curvas visualmente interesantes", continúa la interiorista y propietaria. Un salón de estilo clásico y muy natural También llenaron la casa de textiles frescos y naturales, como las alfombras rústicas de las áreas de estar, que agregan algo de textura, un detalle que resulta especialmente cautivador en el salón. En esta estancia, las protagonistas son las vigas originales. Cuando Falconer llegó, estaban pintadas en un color muy oscuro, así que las recubrieron de blanco para refrescar el interior. Conectado con el porche "En el salón, que se comunica directamente con el porche, utilizamos maderas naturales y textiles con detalles en verde", detalla la interiorista. La mezcla de muebles antiguos y hechos a medida por los proveedores habituales de Interior Facelift consiguen que parezca un escenario atemporal y muy mediterráneo. El mismo color en todas las puertas Ese tono Down Pipe de Farrow and Ball que oscila entre un gris verde y un gris azul también se ha empleado para la carpintería del interior, consiguiendo un efecto refrescante y muy vivo. Una cocina hecha a medida En el comedor, “la mesa es en realidad una isla fija hecha a medida con cajones en un extremo y las puertas de los armarios se recuperaron de un antiguo ‘chateau’; nos encanta usar materiales recuperados cuando podemos, porque además de ser sostenible, también agrega originalidad a un interior”, cuenta. Una cocina de obra y a medida La cocina y el comedor están unidos para que quien cocine pueda charlar con los invitados. “La superficie de la cocina está hecha de microcemento: es precioso, pero hubo que aplicar una segunda capa, ya que la primera se manchaba con demasiada facilidad”, nos cuenta la interiorista, que también llenó de detalles adorables este espacio: los peces de madera de la pared son recuperados de viejos barcos de pesca mientras que las lámparas colgantes sobre la isla están inspiradas en las cestas de pesca típicas de Indonesia y están tejidas a mano. Un dormitorio muy romántico En el dormitorio, las paredes de mortero tienen un efecto más romántico, y no solo por el dosel de bambú. La encargada de la restauración de la casa nos lo detalla: "Usamos tonos rosas y materiales sin tratar como la cómoda de madera de mango", concluye. Un aseo rústico y luminoso Al igual que en el resto de la casa, la carpintería de baño luce ese color tan particular que varía según la luz que reciba. Aquí, además, se ha empleado para separar la ducha del resto del baño con unas correderas. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .