A Mónica y su marido les apetecía un piso en la playa, en su pueblo en Galicia, de donde son. Compraron este dúplex de obra nueva, que, pese a ser nuevo, pedía cambios. “Lo primero que hicimos fue tirar un tabique que había en la entrada. Tú llegabas al piso y estaba cerrado. Ahora entras y es un espacio abierto", explica la decoradora Celia Crego, quien se ocupó de ponerlo a punto.
Lo bueno de este pequeño dúplex es que resulta muy luminoso, pero cuando hay pocos metros ¡nunca está de más ganar claridad! Por ello, Celia usó tonos suaves y claros, "que dan mucha luz y amplitud, y son fáciles de combinar”, dice, también algo enamorada de este encantador nidito. “La dueña lo quería alquilar, pero cuando vio el resultado dijo ‘¡nos lo quedamos para nosotros!”.