Hay personas que detectan un tesoro, aunque este esté cubierto de escombros, suciedad y paredes encaladas. Y este don lo poseen Ferran Ros y su mujer Inés, ya que supieron ver “al instante” que detrás de esta granja en ruinas de Masos de Pals (Girona) se escondía una preciosa casa de campo.
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