Esta casa estuvo 12 años abandonada hasta que Sandra Mora la reformó: no te pierdas la suite de cuento

Esta casa señorial del siglo XIX ha tenido una vida de película: perteneció a un abogado, fue la embajada sueca durante la Guerra Civil y estuvo más de 12 años abandonada hasta que Inés y David vieron todas sus posibilidades, a pesar de su mal estado.

Inés, la propietaria, tiene la suerte de ser hermana de la interiorista Sandra Mora, por eso se planteó comprarla y reformarla. “Si no hubiésemos tenido a Sandra no nos habríamos animado”, explica Inés. ¡Sandra aceptó el reto encantada!

En el salón, por ejemplo, conservamos las ventanas de guillotina y aprovechamos las cornisas para integrar la iluminación led y, en el comedor, convertimos unas patas antiguas en la base de la gran mesa.

Para potenciarlo aún más, toda la casa está unificada en el mismo color blanco y tiene suelos de madera, en espiga, en la planta inferior, y de lamas arriba”, explica la interiorista.

Así pues, la cocina se abre al comedor por una gran puerta entelada y acristalada. “La cocina es alargada y está distribuida en paralelo: tiene dos zonas de aguas, una cocina de gas de profesional y una encimera de mármol Macael que Inés, David y yo escogimos personalmente en la cantera. También tiene office y un mueble de desayunos”, sigue contando.

“En la planta de arriba, el dormitorio es un mirador privilegiado gracias a sus ventanales. Para poder ver el mar incluso desde la ducha tiramos tabiques y convertimos tres estancias y un pasillo en un dormitorio en suite donde solo el inodoro queda cerrado.

Tuvimos que prolongar las vigas, unificar los suelos y el resto de elementos, pero el esfuerzo valió mucho la pena”, concluye Sandra. ¡Solo hay que ver el resultado!

A la izquierda, la interiorista Sandra Mora, autora de la reforma. A su lado, Inés, su hermana y propietaria de la casa.