Cómo ganar luz natural: 10 mandamientos para potenciar la luminosidad

Las puertas correderas, acristaladas y con carpintería blanca son un éxito garantizado para conseguir más luz. La clave: el cristal deja pasar los rayos de sol y el blanco los multiplica. Y suman aún más a su favor porque ayudan a aprovechar el espacio. 

El punto cálido lo conseguirás con muebles de madera en su estado más natural. Puedes incluir algún contraste con detalles decorativos en negro, como las lámparas o las patas de las mesas. 

¿Cuánto cuesta? Instalar una puerta corredera oscila entre 600 y 900 €. El precio varía en función de si va encastrada en el tabique o sobre raíles.

Para que la luz se filtre usa cortinas blancas y estores. El lino es ligero y no bloquea la luz. También puedes unir la funcionalidad de un estor con la transparencia de una cortina. Las personas venecianas también son una opción, ya que permiten regular la luz con la rotación de las lamas.

Es preferible elegir colores que reflejen la luz. Crea un ‘efecto bombonera’ pintando el techo y la pared del mismo tono. Conseguirás una luz envolvente muy agradable. ¿Una combinación infalible? Blanco más arena, o blanco roto y un tono almendrado. Inclúyelos en paredes, cortinas o colchas. Y añade toques de color en los cojines o plaids. 

Para más luminosidad, elige siempre blanco. Otros tonos neutros, como beige o tonos lino, también reflejan la luz.

Nunca pasan de moda. Una cocina blanca siempre es actual. Su gran acierto es que el blanco de los muebles multiplica la luz y la vuelve más grande. Quedan genial con electrodomésticos de acero: el brillo (y la luz) aumentan. Incrementa la sensación con azulejos siempre blancos o de tonalidades claras. ¡Cocina luminosa asegurada!

Y mejor siempre superficies despejadas. Para no obstaculizar el paso de la luz, si tu cocina lo permite, evita los muebles y módulos altos.

¿Cuánto cuesta? La reforma integral de una cocina de 6 m2 y de calidad media cuesta aproximadamente 15.,000 €, según la interiorista Natalia Zubizarreta.

Si quieres más luz, las maderas claras y lisas como el arce o el abedul, te ayudarán a mutiplicarla. También la colocación de las losetas es importante. En paralelo a la luz amplían el espacio. 

Y las alfombras, si son claras te ayudarán a aclarar un suelo oscuro. Además, dan sensación de continuidad y calidez.

Lacar tus puertas o muebles te asegura una textura lisa, sin imperfecciones, fácil de limpiar y con un resultado duradero. Eso sí, cuanto más brillo quieras, más elaborado (y costoso) será el proceso. El precio medio de lacar un mueble es de 300 €. El toque chic lo puedes aportar con grifos, tiradores o lámparas dorados o metalizados, que reflejarán la luz y aportarán elegancia.  

Utiliza la regla del 60/30/10. Un blanco como color dominante en el sofá, otro como secundario en la alfombra y mesa y un tercero de acento. Aquí, la interiorista Natalia Zubizarreta ha apostado por una gama de azules, en los cojines y en la butaca. 

Al unir el salón y el comedor –o el comedor y la cocina– la luz que entra por las ventanas viaja sin obstáculos y se cuela en todas partes. Otra opción es prescindir de esas puertas que siempre están abiertas, como las de la cocina o el pasillo. Y no olvides el rodapié, siempre blanco. 

Elimina también paredes y evita bloquear el paso de la luz. ¿Tienes una columna o un rabique que no puedes tirar? Ponle una chimenea encastrada y abierta a ambos lados. Hará de separador y a la vez de nexo entre ambientes.

¿Cuánto cuesta? Tirar una pared de 2,40 m de alto x 2,60 m de largo para unir dos estancias pequeñas cuesta 500 €.  

Un superespejo de cuarterones en toda una pared crea un efecto doble: hace que el salón parezca más grande y ofrece una luminosidad extraordinaria. ¿Lo mejor? Colocarlo frente a una ventana, para que refleje el sol y las vistas, como ha hecho en este minisalón el estudio A Touch of Class. 

Y tienes variedad donde elegir. Si no te atreves con una pared entera, pon varios espejos, a modo de cuadros y siempre a la altura de los ojos.

Un armario con las puertas blancas, o del mismo tono suave que las paredes, creará continuidad y camuflarás su presencia, haciéndola muchísimo más sutil. Y si las molduras tienen un diseño clásico, te aseguras la atemporalidad. 

Si las paredes y las puertas del armario son blancas y sin tiradores, la zona de almacenaje permanecerá oculta y será muy discreta. También las estanterías de obra ofrecen ese efecto de continuidad al mismo tiempo que se gana algo de espacio de almacenaje de una manera muy decorativa.

¿Cuánto cuesta? Un armario empotrado con unas medidas de 170 x 85 x 50 cm tiene un precio aproximado de 1.200 €.