Así es 'la Joya': una casa blanca, moderna, con cocina y dormitorio abierto. ¡Llena de estilo!

Solo llegar a esta preciosa casa nos encontramos con una bonita entrada en blanco. Las escaleras en tonos claros y la puerta de entrada en arco le dan un aire muy señorial a esta vivienda e invitan a entrar a cualquiera. 

La casa se construyó en los 70 y es de las pocas que aún conserva su arquitectura tradicional. “La clave fue abrirla al exterior e impregnarla de luz de la Costa Blanca”, explica. De ahí que se hayan tirado los tabiques del hall y la cocina para crear un único espacio junto al salón. 

“Abrimos un nuevo ventanal y conectamos ambas estancias a través de la mesa del comedor, que se unió a la isla para generar continuidad entre las zonas de día. También unificamos suelos y paredes”, explica.

El salón está pensado para adaptarse a distintos inquilinos. “Por eso elegimos muebles que permiten libertad de movimiento, como un gran sofá modular o unas mesitas de centro ligeras”, apunta. 

Las piezas ‘low cost’ conviven con lámparas de diseño, cuadros de artistas locales y muebles recuperados, como el banquito colocado detrás del sofá. Otros son de madera reciclada, como la estantería o el mobiliario del dormitorio en suite, situado en la segunda planta.

En el centro de la zona de día, la mesa de madera unida a la isla articula el espacio y da mucha calidez, igual que el mobiliario de la cocina y la lámpara de fibras naturales.

En el dormitorio principal el cambio ha sido espectacular, ya que su distribución daba la espalda a la terraza, ¡no tenía sentido! “Creamos unos espejos dobles con un marco muy fino para reflejar el mar y ampliar la sensación de espacio y luz”, explica María José.

Vemos además un módulo de lamas de madera que actúa a modo de cabecero. A la vez, es un separador de espacios entre el dormitorio y la entrada al baño. Al otro lado, María José ha puesto la zona de lavabos. Además, sirve para fijar los espejos dobles, que actúan tanto de un lado como de otro. ¿Alguien da más?

Los textiles también conectan con el Mediterráneo a través de los tonos turquesas y las fibras naturales como el algodón, el yute o el lino. “¡Convencí a Rob para poner cortinas, ¡en Holanda no utilizan!”, reconoce. El armario está hecho a medida y han integrado una zona de baldas para un extra de almacenaje.

El inodoro está cerrado y apartado de los lavabos y la ducha, ambos perfectamente integrados y revestidos con un porcelánico efecto mármol de gran formato en un tono similar al suelo. Y es que, como dice la máxima de María José, “lo bello ha de ser funcional y lo funcional bello”, y en esta casa se cumple con creces.