Cuando Amy y Kate visitaron por primera vez esta vieja casa ubicada en el mismo vecindario en el que residían sus amigos, se enamoraron al instante. Era perfecta para vivir felizmente con sus gemelos, Edgar y Hank. Sin embargo, el paso de los años hizo que, poco a poco, la vivienda fuera perdiendo su encanto original, transformándose en una casa anticuada que pedía a gritos una reforma integral. Y la reforma llegó de la mano de Jonathan Scott y Drew Scott, más conocidos como los hermanos Scott. De un estilo rústico completamente desfasado que oscurecía y constreñía las estancias, se pasó a un estilo rústico, luminoso y actual, con espacios abiertos en las zonas comunes y acentos de color que invitan a disfrutar del tiempo en familia. ¿Quieres ver el antes y después?

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