¿Cuántas veces has ido a comer pan en casa y, cuando lo has cogido, está o muy chicloso o muy duro? O mucho peor: ¡lleno de moho! Y es que conservar el pan correctamente es fundamental para disfrutar de su sabor y textura durante más tiempo. Si bien el pan fresco es delicioso el primer día, puede perder rápidamente su calidad si no se almacena de manera adecuada, cosa que se agrava cuando lo almacenamos dentro de una bolsa de plástico.

Por eso, es importante optar por métodos de almacenamiento que permitan al pan respirar para que no se estropee tan rápidamente y nos ayude, a su vez, a reducir el desperdicio de alimentos en casa. Te contamos por qué deberías de dejar de guardar el pan en una bolsa de plástico y otras alternativas óptimas para su conservación.

No guardes el pan en una bolsa de plástico

El panadero profesional holandés Joost Arijs ha afirmado, tajantemente, de lo peligroso que es guardar el pan en una bolsa de plástico, ya que no solo afecta a su textura o a su sabor, sino que también se genera el ambiente perfecto para la proliferación de bacterias y moho. Básicamente, para su correcta conservación, el pan necesita de un entorno que permita una ligera circulación de aire para poder mantener su textura, cosa que no pasa cuando se almacena en una bolsa de plástico hermética.

Como la bolsa de plástico no es transpirable, la humedad natural del pan queda atrapada, no puede “respirar” y se humedece desde dentro, volviéndose blando, perdiendo su corteza crujiente e, incluso, cogiendo un sabor rancio. Y aquí viene la peor parte, ya que sería dañino para nuestra salud: este exceso de humedad que se queda dentro del plástico también acelera la aparición de moho, ya que los hongos prosperan en condiciones cálidas y húmedas. Por eso, si ves hongos en tu pan, tíralo rápido a la basura.

Pan en papel

Pan en papel

CANVA

 

 

Cómo conservar el pan correctamente

Como te acabamos de comentar, a partir de ahora, deberías evitar almacenar tu pan en bolsas de plástico. Para ayudarte a conservarlo fresco y con buena textura durante mucho más tiempo, te dejamos por aquí algunas alternativas:

  • Una buena opción es almacenar el pan en una bolsa de papel, ya que es un material que permite que circule el aire, ayudando a mantener la frescura sin que se acumule demasiada humedad.
  • Las cajas de pan de madera, cerámica o metal también son perfectas para este propósito, ya que crean un ambiente equilibrado.
  • Si vives en un clima muy seco, es posible que el pan tienda a secarse más rápido. En este caso, una alternativa es envolverlo en un paño de algodón o lino, materiales que le permiten "respirar" pero sin perder demasiada humedad.
  • Para una conservación más prolongada, congelar el pan es la mejor opción. Simplemente corta el pan en rebanadas, envuélvelo en film transparente o en una bolsa de congelador y guárdalo en el congelador. Para descongelar, basta con sacar las rebanadas que necesites y tostarlas directamente. De esta manera, tendrás pan fresco siempre a mano sin que pierda su calidad.