¿Te agobia no saber qué hacer de comer esta semana? En este artículo descubrirás un montón de recetas fáciles y rápidas con una de las verduras más interesantes: el repollo (Brassica oleracea), una planta comestible de la familia de las Brasicáceas. Si todavía no te has atrevido con él, a continuación te contaremos cuáles son las propiedades de las que puedes beneficiarte, así como un montón de recetas para disfrutarlo al máximo. Eso sí, como posiblemente ya sabrás, no suele ser el gran protagonista de sus platos pero sí el acompañante perfecto para dar más sabor y profundidad a muchas recetas.
Propiedades del repollo: muchos nutrientes y pocas calorías
El repollo, que suele confundirse a menudo con la col, contiene muchos nutrientes. ¿Sabes cómo diferenciarlos? Tan solo tienes que fijarte en las venas de las hojas: mientras que las de la col están muy marcadas, las del repollo son más lisas. Otro truco es fijarte en su cogollo, mucho más pequeño y compacto el del repollo que el de la col.
El consumo de repollo está especialmente recomendado a aquellas personas que padecen problemas intestinales o problemas cardíacos. Está contraindicado en el caso de ciertos problemas estomacales, pues puede provocar flatulencia.
- Vitaminas. Contiene vitamina A, vitamina C y folatos, que intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos.
- Antioxidantes. Gracias a su presencia, contribuye a retrasar los signos del envejecimiento, ayudan a combatir resfriados y protegen el sistema inmune.
- Minerales. Es rico en calcio, potasio y magnesio, lo que supone una ayuda para cuidar los sistemas óseo y nervioso.
- Calorías. Está compuesta mayoritariamente de agua, además de carbohidratos y fibra. Es por ello que tiene muy bajo valor calórico y un ligero efecto laxante.
Cómo cocinar el repollo: crudo mejor no
Como ya hemos visto, el repollo es rico en vitaminas y minerales; sin embargo, no se aconseja consumirlo crudo porque en algunas personas puede generar indigestión. Por su parte, al cocerlo pierde parte de sus vitaminas con lo que tendrás que valorar qué opción te conviene más.
- Crudo. Si lo utilizas en ensalada, lávalo previamente con agua caliente y unas gotas de vinagre. Luego refresca y verás cómo resulta más suave, tanto en textura como en sabor. Pícalo en tiras muy finas: el corte juliana es el que mejor le va.
- Cocido. Pon a cocer agua con sal y cuando rompa a hervir cuece el repollo hasta que esté blanco (entre seis y ocho minutos).
- Blanqueado. Cocción corta con sal o azúcar en poca agua hirviendo. Luego suelen añadirse otros ingredientes.
Cómo evitar el mal olor del repollo
Al igual que sucede con las recetas con coliflor, el repollo puede resultar algo fuerte al cocinarlo. Existen dos trucos muy conocidos (y eficaces) para reducir esa molestia. El primero consiste en añadir un chorrito de leche al agua en el que vas a cocerlo. El segundo, añadir dos cucharadas soperas de zumo de limón. Todo es probar.
Cómo conservar el repollo: perfecto en nevera
Para conservar el repollo durante más tiempo, lo ideal es que lo compres en el mejor estado posible. Para ello tendrás que fijarte que sus hojas estén apretadas y no opacas o blandas. A partir de ahí, tienes las siguientes opciones:
- En nevera. Una vez llegues a casa, refrigéralo en el cajón de las verduras manteniendo su envase original. Evita colocarlo en la parte más fría, ya que podría helarse.
- En congelador. Pícalo en tiras y mételas en bolsas herméticas para congelar. Saca bien el aire antes de cerrarlo.
Recetas con repollo
Ahora que ya sabes los secretos de esta verdura, toma buena nota de estas recetas con repollo. Entre ellas encontrarás varios primeros, tanto fríos como calientes, varios segundos y ¡una empanada!
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