¿Cuántas veces has dicho u oído la famosa expresión "me importa un pimiento"? Ignoramos de dónde viene la costumbre de hacer de menos a tan increíble manjar porque el pimiento es el compañero perfecto de muchos alimentos, se puede tomar frío o caliente, y admite muchas formas de cocinado. ¡Es la solución perfecta cuando no sabes qué hacer de comer!
¿Te has dado cuenta de que casi todas las recetas con pimientos rellenos se preparan con piquillos? Sigue leyendo para descubrir un montón de recetas fáciles y rápidas que te servirán para comprobar el juego que pueden dar también los pimientos amarillos y los verdes, incluso los italianos (más finos y alargados).
Cómo asar pimientos
Pero antes de entrar de lleno en las recetas con pimiento, entre las que encontrarás muchas y variadas propuestas, te mostramos unas nociones básicas muy útiles a la hora de asar pimientos.
- Escoger los pimientos. Independientemente de su color, si vas a asar pimientos elígelos duros, firmes al tacto y carnosos. Fíjate en que su color sea brillante y la piel lisa, sin golpes ni agujeritos sospechosos.
- Lavar y secar. Antes de asar los pimientos, lávalos y sécalos bien (si no sabes cómo, aquí aprenderás a limpiar pimientos de la manera más fácil).
- Precalentar el horno. A veces vamos con prisas y metemos los alimentos en el horno frío. Si quieres que te queden unos pimientos asados de 10, precaliéntalo a 180 °C unos 10 minutos. Úntalos con aceite, ¡y al horno! Si quieres añadir unas láminas de ajo o alguna especia, hazlo unos 15 minutos antes de finalizar.
- Tiempo. Todo dependerá del tamaño de los pimientos, pero por lo general calcula al menos 45 minutos. Es un proceso largo, pero merece la pena. Recuerda darles la vuelta a mitad de cocción para que se hagan bien por los dos lados.
- El toque final. Sácalos del horno y tápalos con papel de aluminio mientras se enfrían. Pélalos con cuidado, retira las semillas y córtalos en tiras.
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