Si amas las recetas de cocina casera por encima de todas las cosas, es probable que pienses lo mismo de la gastronomía surgida en monasterios y conventos, no solo en platos cotidianos, sino también en otros muy elaborados, así como en afamados postres. Y es que, por muy deprisa que avance el mundo, el sabor a tradición, a cocina de siempre y a las cosas bien hechas, nunca pasará de moda. ¿La mejor prueba? Los muchísimos fieles que disfrutan de esas recetas tan sabrosas y auténticas.
Entre todas ellas, destacamos la repostería: rosquillas, pastas, compotas, bizcochos o yemas son algunos de los dulces de convento más conocidos y por los que no pasa el tiempo. Afortunadamente, en la actualidad tienes la mayoría de ellos a un clic y puedes tenerlos en casa en un tiempo récord. Pero si te ha picado el gusanillo, aquí te dejo las recetas de algunos de ellos muy fáciles, para que puedas hacerlos tú mismo. ¿Te animas?