Ni cactus ni suculentas: 6 plantas que resisten el sol y necesitan muy poca agua

La portulaca grandiflora, conocida comúnmente como flor de seda, es una planta anual muy apreciada por su vibrante colorido y su facilidad de cuidado. Originaria de América del Sur, se adapta bien a climas cálidos y soleados, prosperando en pleno sol. Sus flores, que pueden ser simples o dobles, están presentes en una gran variedad de colores como rosa, rojo, amarillo, naranja y blanco. Suelen abrirse en los días soleados y cerrarse al anochecer.

La portulaca grandiflora es especialmente valorada en jardinería por su capacidad para tolerar la sequía y su bajo mantenimiento. Requiere poco riego, le gustan los suelos bien drenados y es ideal para macetas, cestas colgantes y bordes de jardín.

La echinacea purpurea es una planta perenne que destaca por sus impresionantes flores y sus propiedades medicinales. Es de América del Norte y tiene una gran capacidad para atraer polinizadores como abejas y mariposas, lo que la convierte en una excelente opción para jardines que buscan fomentar la biodiversidad.

Sus flores presentan pétalos en tonos de rosa, púrpura o blanco, con un centro prominente y espinoso de color naranja o marrón. Estas flores, que suelen aparecer en verano y principios de otoño, no solo aportan belleza a los espacios exteriores, sino que también resisten muy bien condiciones secas y soleadas. Además, es una planta que prefiere suelos bien drenados y exposición a pleno sol, lo que hace que sea muy fácil de cuidar.

Con origen en el Mediterráneo, la lavanda cuenta con espigas de flores púrpuras, aunque también puede encontrarse en tonos blancos, lilas y rosas. Es una planta perfecta para jardines soleados ya que prospera con exposición completa al sol y requiere poco riego una vez establecida. Esto quiere decir que la lavanda es resistente a la sequía y se adapta bien a suelos bien drenados. 

Además de su uso ornamental y aromático, la lavanda tiene propiedades medicinales, como efectos calmantes y antiinflamatorios. También atrae a polinizadores como abejas y mariposas, favoreciendo la biodiversidad en el jardín. Añadir también que su mantenimiento es bajo y que solo necesita podas ocasionales para mantener su forma y promover una floración abundante.

La bugambilia, más conocida como buganvilla, es una planta trepadora o arbustiva con un impresionante despliegue de colores vibrantes y una grandiosa capacidad para cubrir muros y pérgolas con su profusión de flores. Viene de Brasil y es muy común verla en jardines de climas cálidos y soleados debido a su resistencia y a su espectacular floración durante la mayor parte del año.

Sus flores en realidad son brácteas, hojas modificadas que rodean las flores verdaderas, y vienen en colores que incluyen rosa, púrpura, rojo, blanco y naranja. Esta planta prefiere la exposición directa al sol y requiere poco riego, siendo muy tolerante a la sequía. Su crecimiento rápido y su capacidad para adaptarse a diferentes tipos de suelos la hacen ideal para crear muros verdes o cubrir cercas.

La verbena es una planta de América del Sur muy fácil de cuidar que capta todas las miradas gracias a sus pequeñas flores agrupadas en racimos en colores como rojo, rosa, púrpura, blanco y azul. Su floración prolongada, desde la primavera hasta el otoño, la convierte en una excelente opción para añadir color durante toda la temporada.

La verbena es especialmente apreciada por su resistencia al sol ya que prospera en lugares soleados y necesita poca agua. Además, su pasión son los suelos bien drenados y se adapta bien a una variedad de condiciones de crecimiento. En definitiva, con un mantenimiento mínimo, la verbena puede transformar espacios exteriores en vibrantes estallidos de color.

La salvia es una planta perenne muy común en jardines gracias a su vibrante floración y facilidad de cuidado. Originaria de regiones templadas, la salvia se adapta bien a climas soleados y secos, y es conocida por su resistencia a la sequía. Las salvias ofrecen una variedad de colores en sus flores, que pueden incluir tonos de azul, púrpura, rojo y rosa, y florecen desde la primavera hasta el otoño, dependiendo de la especie y el clima.

Esta planta crece en forma de arbusto y puede alcanzar entre 30 y 90 cm de altura. Prefiere suelos bien drenados y se desarrolla mejor en áreas soleadas. Aunque tolera la sequía, ofrecerle un riego moderado durante periodos secos ayudará a mantener su floración más abundante. La salvia también es valorada por sus hojas aromáticas, que se utilizan en cocina y en medicina tradicional por sus propiedades antisépticas y digestivas.