La mini planta resistente que todos queremos en casa: fácil de cuidar, graciosa y estilosa

El diseño biofílico surge como una corriente de la arquitectura y el diseño de interiores que busca conectarnos con lo natural mediante la inclusión de luz solar, elementos naturales... y, sobre todo, de plantas, en los espacios interiores. Hay muchas ocasiones en las que pensamos que, quizás por el mantenimiento que requieren, los recursos que necesitan o las interferencias que puedan causar con algunos de los habitantes de nuestro hogar, como niños o mascotas, las plantas no son para nosotros.

Este pensamiento se acentúa aún más cuando vivimos en un minipiso y pensamos que las plantas nos van a comer el poco espacio útil del que disponemos. Sin embargo, lo único que necesitamos es encontrar la planta perfecta que encaje en los metros cuadrados de nuestro hogar, que se ajuste a su decoración y, obviamente, que ocupe muy poco espacio. Esa planta existe y se llama Sansevieria, requiere pocos cuidados y sea cual sea el espacio del que dispones en tu hogar, la necesitas para rematar tu decoración.

¿Te apetece añadir una Sansevieria a tu colección? Te aseguramos que no te arrepentirás, porque apenas necesita cuidados y es supervistosa. La que ves en la imagen es de la tienda IKEA. Recuerda que la maceta no se incluye. PRECIO: 12,99 €.

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UNA MINIPLANTA DIVERTIDA, IDEA PARA ESPACIOS REDUCIDOS

Resistente, minimalista, bonita y fácilmente adaptable a cualquier estancia y condición climatológica, la Sansevieria es una de las plantas de interior favorita de los decoradores e interioristas, tanto para adornar el hogar como para decorar la oficina. Incluidas dentro del género de las Dracaena, estas plantas, conocidas también como  “lengua de suegra” o “espada de San Jorge”, se reconocen fácilmente por sus hojas rígidas y erguidas, con forma de espada. Su diseño minimalista las hace perfectas para los espacios más modernos y, lo mejor, es que son súper fáciles de cuidar.

Bebé Sansevieria Golden de Pur Plant, 2,99€ (antes 5, 99€)

A pesar de que lo mejor para su correcto desarrollo es la exposición a la luz solar indirecta, estas plantas sobreviven perfectamente en espacios con mucho sol o con poca luz. Es, además, una planta que procede de los desiertos del África occidental, por lo que apenas necesita agua. ¿Lo mejor? Su fotosíntesis. Esta planta realiza la fotosíntesis durante la noche ya que, con la ausencia de luz directa, sus estomas se abren para absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno. Además, purifican el aire ya que terminan con algunas toxinas como el  formaldehído y el benceno, por lo que son ideales para el dormitorio.

¿CÓMO CUIDAR LA SANSEVIERIA?

A pesar de que son unas plantas muy resistentes, no están libres de enfermar y coger hongos. Aunque es muy poco probable que eso ocurra, el protocolo a seguir para salvarlas sería muy simple, ya que tan solo tendíamos que dividir la mata y sumergirla en agua hasta que echase raíces para, posteriormente, replantarla en otro recipiente con un sustrato tipo turba con arena (o tierra para cactus).

Hablando de hongos, esta planta suele sufrir fusariosis  o antractnosis, enfermedades fúngicas que afectan a sus tejidos vegetales, dándoles un aspecto amarillento u oscureciendo sus bordes. Para ello, lo mejor es optar por fungicidas ecológicos. Por otro lado, en relación a las plagas, esta planta suele sufrir el ataque de la cochinilla algodonosa, un insecto que absorbe la salvia de la Sansevieria hasta matarla. Para luchar contra él, lo mejor sería aplicar jabón potásico sobre las hojas, con la ayuda de una esponja.

No obstante, para que eso no ocurra, lo mejor es regarlas muy de vez en cuando, con la ayuda de una pequeña regadera y siempre y cuando su sustrato esté completamente seco. Es importante eliminar todo el agua del plato decorativo para que no quede humedad en ella y, para ello, es vital elegir un tipo de tierra permeable y ligero, como el abono de cactus o plantas crasas. En primavera, por último, podremos añadir al agua de riego pequeñas dosis de fertilizante para plantas verdes, para evitar que crezcan más sanas, pero sin abusar.