Abril es el mes del huerto por excelencia. Además de suponer el arranque de la primavera y el despertar del letargo vegetativo de las plantas, también es un mes marcado por las lluvias que ayudarán a nuestros cultivos a desarrollarse. Sin embargo, en abril puede ocurrir que alguna helada nocturna arruine los plantones sensibles al frío. Miguel Carmona, experto en jardinería de Verdecora, nos da las claves para cuidar el huerto en abril.
Eliminar las malas hierbas y mantener las plagas a raya
Si no lo hicimos en marzo, a lo largo de este mes de abril es clave preparar a conciencia el terreno de cultivo. No solo tendremos que descompactarlo, una de las consecuencias del frío; además, es fundamental nutrirlo a fondo para que las plantas del huerto tengan lo que necesitan para crecer. Para enriquecerlo, la fórmula ideal es el humus de lombriz mezclado con sustrato nuevo especial para huerto.
Por otro lado, es conveniente eliminar de raíz todas las malas hierbas que pueda haber en el huerto, ya que son auténticos ladrones de nutrientes, sol y agua. Pero no es el único motivo para erradicarlas: actúan como imanes para las plagas, unos visitantes desagradables que tendremos que controlar especialmente a lo largo de abril. El aumento de las temperaturas también promueve su aparición.
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¿Qué hacer en el huerto en abril?
- Mantén los cultivos sensibles al frío en invernadero.
- Prepara semilleros de los cultivos de verano.
- Planta especies que actúen como repelentes naturales de las plagas.
- Vigila de cerca de los caracoles y las babosas.
- Pon a punto el sistema de riego.
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¿Qué plantar en abril?
Acelgas
Es un cultivo de ciclo largo que tarda hasta ocho semanas en poder recolectarse. Puede plantarse directamente en la tierra al comienzo de la primavera. Resistente y poco demandante en sus cuidados, lo ideal es colocarlo en una zona soleada o de semisombra. Por el carácter de su crecimiento, es imprescindible guardar cierta separación entre planta y planta. Es un imán para caracoles y babosas, por lo que conviene revisar las hojas con frecuencia.
Espinacas
Una de las verduras con más vitaminas y antioxidantes. Se siembra directamente en el suelo en hileras separadas unos 30 centímetros entre sí. Cuando las plantas germinen es fundamental hacer un clareo para dejar 20 centímetros entre cada una de ellas. La espinaca necesita un riego reducido y frecuente que mantenga siempre el sustrato ligeramente húmedo. Es exigente con los nutrientes del suelo, por lo que conviene enriquecerlo antes de plantar.
Zahanorias
Por su rusticidad y resistencia, es un cultivo que puede realizarse durante todo el año, aunque la mejor época es entre abril y julio. Para crecer correctamente necesitan un suelo profundo con un sustrato ligero y rico en materia orgánica y humus de lombriz. Antes de plantar, es conveniente poner a remojo las semillas durante dos horas.
Calabacín
Una hortaliza que no puede faltar en cualquier huerto. Aunque puede sembrarse directamente en suelo, conviene hacerlo en semilleros para evitar las últimas noches frías de la primavera. Para crecer correctamente necesita bastante espacio entre planta y planta. Además, es fundamental ofrecerle un suelo rico en nutrientes, suelto y con un buen drenaje: no soporta los encharcamientos.
Brócoli
Por su valor nutricional es uno de los cultivos estrella de esta época. Se puede plantar incluso cuando todavía hace frío, ya que resiste hasta cinco grados bajo cero. Exigente en cuanto a los nutrientes, es fundamental que tenga un suelo fresco, rico en compost con humedad regular. Conviene sembrarlo en semillero para trasplantar cuando los plantones tengan entre 10 y 15 centímetros.
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