Las rosas son una de las flores más antiguas y simbólicas del mundo. Se cree que las primeras especies de rosales silvestres surgieron en Asia, desde donde se extendieron a Europa, América del Norte y el Medio Oriente. Gracias a su belleza y fragancia, se utilizan muchísimo en el mundo de la jardinería para decorar patios, jardines y espacios exteriores.
Pero, eso sí, para que tus rosas puedan florecer en la próxima primavera y llenarte el jardín de color en verano, es necesario que las cuides y les des una protección especial durante la temporada invernal ya que las heladas y, sobre todo, las temperaturas bajo cero, pueden dañarlas. Para hacerlo de la manera correcta, a continuación, te dejamos 5 consejos de experto para cuidar de las rosas en invierno.
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1. Espera a la primera helada
En primer lugar, debes asegurarte de que, cuando compras tu rosal, este es adecuado para la zona donde vives. También es importante que lo plantes en un lugar de tu jardín donde no le lleguen las corrientes de viento.
No empieces con los cuidados invernales de tus rosas hasta que haya ocurrido la primera helada fuerte de otoño, ya que esta helada hará que las hojas del rosal se caigan, indicándote que ya está entrando en dormancia y lista para prepararse para el invierno.
2. Poda tus rosas en otoño
Después de la primera helada fuerte, pero antes de que la planta entre en su estado de dormancia, debes podar el rosal dejando las cañas a una altura de 60 a 90 cm del suelo. Para aumentar su resistencia al viento, también es recomendable que ates sus cañas juntas.
Esta poda es muy necesaria ya que evitará que los vientos propios de la temporada invernal muevan la planta en exceso, lo cual podría desestabilizarla y exponer su corona, siendo esta la que más debemos proteger en invierno.
Nota: Las rosas trepadoras son diferentes y no es necesario podarlas con la misma intensidad que un rosal común.
3. Control de plagas
Tras la poda, es posible que aparezcan más plagas como los perforadores de cañas. Estos suelen ser larvas de avispas, abejas o moscas. Para prevenir estos daños, aplica pegamento o pintura de poda en los cortes para protegerlos.
4. Riego en otoño tardío
Cuando las rosas entran en dormancia, pueden parecer simples ramas secas, pero sus raíces siguen vivas y, por tanto, necesitan agua y que las riegues. No hace falta que las riegues con mucha frecuencia, pero sí cuando su suelo esté completamente seco hasta que el suelo se congele, ya que las raíces no tendrán acceso al agua durante el invierno.
5. protege sus flores de las heladas
Aunque donde vivas las heladas no sean muy extremas, es necesario que protejas tus rosas del frío ya que podría ennegrecer los bordes de sus pétalos. Por eso, para prolongar su floración, es aconsejable que construyas una estructura con estacas alrededor de la planta y que la cubras con una manta vieja en las noches con heladas. Por la mañana, puedes tenerla sin la manta.
Según el tipo de rosal, también existen otros métodos de protección:
Método del aporque
El método del aporque consiste en cubrir la corona con unos 30 cm de tierra y aplicar mantillo encima para conseguir un mayor aislamiento. Las hojas secas del otoño también pueden servirte como mantillo.
Cubierta de tela
Además del método del aporque, también puedes proteger tu rosal cubriéndolo con una tela transpirable, una arpillera o conos específicos para rosales.
Cubierta con tierra
Este método es ideal para zonas con inviernos muy fríos y consiste en cubrir toda la planta con tierra. Para ello, cava una zanja junto al rosal que tenga la misma longitud de las cañas. Desátalas del soporte, dóblalas con cuidado hasta la zanja y estaca si es necesario. Cubre las cañas con la tierra retirada y, si quieres, añade mantillo para mayor protección.