El invierno no es la mejor época para las plantas. Las bajas temperaturas y las heladas afectan directamente a su salud y, en muchos casos, llegan a comprometerla seriamente. Esto se extiende también a las plantas de interior que, aunque más protegidas dentro de casa, también sufren en cierta medida las consecuencias de la estación más fría del año.
Sin embargo, hay algunas medidas a tomar para conseguir que tus plantas de interior están mucho más felices y contentas en estos meses que quedan antes de la llegada de la primavera. Te contamos 8 cosas que puedes hacer para mejorar la salud de tus plantas en enero.
Mima tus plantas en invierno
En algunos casos son cuidados importantes que no les pueden faltar, y en otros pequeños detalles que mejoran su bienestar. Sigue estos consejos, ponlos en práctica y conseguirás que tus plantas estén esplendorosas y felices en enero.
1. Los cuidados, que sean personalizados
Aunque pueden agruparse todas bajo el paraguas de las plantas de interior, lo cierto es que hay especies muy diversas,y cada grupo necesita unos cuidados específicos que pueden diferir de unas plantas a otras. Por eso nuestro primer consejo es que investigues, si no los conoces aún, cuáles son las necesidades de tus plantas para poder diversificar los mimos que les vas a dar. Hay plantas que necesitan más humedad ambiental, otras que soportan mejor estar en rincones oscuros, etc.
2. En busca de la luz
Si en verano y hasta ahora has protegido a tus plantas de la radiación solar directa que tanto daño puede hacer a la mayoría de las plantas de interior, ahora es el momento de hacer lo contrario: cámbialas de sitio a rincones más soleados dentro de la casa, porque lo van a necesitar. Busca espacios para poner tus plantas cerca de las ventanas, especialmente de las que estén orientadas al sur y al oeste, que son las ubicaciones más luminosas.
Es importante cuidar de que las plantas más sensibles a la radiación solar no reciban los rayos de forma directa durante mucho tiempo. Ve rotando las macetas y girándolas para conseguir una exposición uniforme a la luz del día.
Un consejo: limpia de vez en cuando las hojas de las plantas para quitarles el polvo que puedan acumular en ellas. De esta forma absorberán mejor la luz del sol.
3. Hazles un hueco dentro de casa
Esto sirve para aquellas plantas que, sin ser de interior, sufren con el frío y las heladas. Si donde vives los inviernos son rigurosos y las temperaturas extremas, no dudes en meter dentro las plantas cultivadas en maceta en la terraza o el jardín.
Un ejemplo de plantas que pueden necesitar esta ayuda son las suculentas o las plantas tropicales, a las que les gustan las temperaturas templadas.
4. Controla el riego y disminuye la frecuencia
Según va avanzando el invierno, el crecimiento de las plantas de interior se ralentiza hasta que entran en un periodo vegetativo. Ahora necesitan menos agua para estar bien, por lo que es importante controlar la cantidad y frecuencia con que se la aportamos. Si no cambiamos la pauta de riego las estaremos perjudicando con un exceso de agua que no las viene nada bien.
Para saber cuánto debes regar tus plantas, vigila la humedad del sustrato y espera a que este está seco para volver a regarlas. En el caso de especies que necesitan más humedad, procura que tengan la tierra siempre húmeda, pero sin excesos que produzcan encharcamientos.
Un consejo: riega las plantas en invierno con agua templada, para que sus raíces sufran menos.
5. Que no les falte humedad ambiental
Algunas plantas de interior necesitan estar en un ambiente húmedo, y el invierno dentro de casa no es la mejor situación para ellas. Las calefacciones resecan el ambiente, lo que hace que estas plantas sufran por falta de humedad. Sin embargo, hay ciertas medidas que podemos tomar para paliar este problema.
Comienza por agrupar las plantas que tengan necesidades similares de humedad. Así se creará un pequeño ‘microclima’ más húmedo gracias a la transpiración de las propias plantas. Puedes colocar cerca un humidificador, o poner platos bajo las macetas con piedras y agua, de forma que las plantas se beneficien de la humedad, pero el agua no llegue a las raíces. También puedes pulverizar las hojas de vez en cuando. Te lo agradecerán.
6. No las fertilices en invierno
Puede que a estas alturas del año ya hayas suspendido el abonado de tus plantas de interior, pero, si todavía les aportas un fertilizante de cualquier tipo, deja de hacerlo. Durante los meses más fríos del año, las plantas apenas tienen actividad. Ralentizan el crecimiento y no suelen producir flores, por lo que no necesitan una dosis extra de energía en forma de abono que sí les vendrá bien cuando llegue la primavera.
7. Cuidado con las plagas
Tenemos la idea de que las plagas que afectan a nuestras plantas se producen solo en verano, con el calor. Y aunque las altas temperaturas estivales y los ambientes secos favorecen la aparición de insectos dañinos, estos pueden hacer acto de presencia también en invierno. O, al menos, determinadas plagas como la araña roja o la cochinilla. Estos bichos tan perjudiciales para nuestras plantas se desarrollan perfectamente en los ambientes secos del interior de las casas, aunque estemos en invierno.
Para evitar que las echen a perder tendrás que vigilarlas y revisarlas con frecuencia. Así podrás comprobar que estas plantas no les atacan. Si detectas algún insecto debes aplicar cuanto antes un insecticida específico o uno polivalente, siguiendo las instrucciones del fabricante.
8. Trasplantar, solo si es necesario
Seguramente has oído que la mejor época para trasplantar es a finales del invierno, cuando las temperaturas comienzan a subir y las plantas todavía no han despertado del letargo invernal. Así estarán más asentadas cuando comience su periodo de crecimiento y actividad en primavera.
Sin embargo, hay ocasiones en que las plantas lo necesitan con urgencia: las raíces asoman por los agujeros de drenaje de la maceta reclamando más espacio, o las plantas carecen de nutrientes a causa de un sustrato envejecido. En esos casos puedes trasplantar durante el invierno, ya que dentro de casa podremos controlar las bajas temperaturas para que las plantas no sufran por ese motivo. Hazlo con cuidado de no dañar las raíces y protege los ejemplares recién transplantados de los cambios bruscos de temperatura y de las corrientes de aire.
Si cuidas tus plantas de interior siguiendo estos consejos, lograrás tenerlas perfectas en invierno, preparadas para resurgir en primavera con toda su fuerza y belleza.