7 flores que se plantan en invierno y florecen en marzo, perfectas para decorar toda la casa

Los tulipanes son un clásico de la primavera, pero su secreto radica en el invierno: deben plantarse en otoño o a inicios de invierno para que el frío estimule su floración y podamos disfrutar de toda su belleza en esplendor desde marzo hasta mayo. Sus flores vibrantes vienen en una variedad de colores intensos y su mantenimiento es sencillo, solo necesitan un suelo bien drenado y ser colocados en una zona de la casa donde dé el sol.

Otra flor icónica que saca toda su belleza a relucir en marzo son los narcisos. Para que puedan florecer con sus tonos amarillos y blancos en marzo es necesario plantarlos en invierno. Son resistentes al frío y requieren poca atención, así que son aptos para principiantes en el mundo de la jardinería. Prefieren suelos ligeramente húmedos y una exposición soleada o de semisombra.

Plantados en invierno, en marzo podrás disfrutar de los densos racimos de flores en colores como azul, rosa y blanco del jacinto, además de encandilarte con su inconfundible fragancia. Para florecer en abundancia, necesitan un suelo bien drenado y estar expuestos al sol.

La caléndula es una flor resistente capaz de soportar temperaturas frías. Si se planta en invierno, en marzo comienza a florecer con sus característicos tonos anaranjados y amarillos. Es una planta de fácil mantenimiento que, al ser originaria de las zonas mediterráneas y estar acostumbrada al calor, necesita sol, un suelo bien drenado y poco riego.

La mimosa (Acacia dealbata) es un árbol de hoja perenne, pequeño pero de crecimiento rápido, de origen australiano que se llena de racimos de flores amarillas y perfumadas a finales del invierno y principios de la primavera. Es perfecta para plantar en invierno, ya que resiste bien las bajas temperaturas y florece con fuerza en marzo. Necesita suelos bien drenados y una exposición soleada.

Los crocus son pequeñas flores que emergen entre la nieve y anuncian la llegada de la primavera. Plantados durante los meses de invierno, en marzo despliegan sus colores púrpura, amarillo o blanco. Son fáciles de cultivar y pueden crecer en suelos arenosos o pedregosos con buena exposición al sol.

Los ranúnculos ofrecen una floración espectacular con pétalos que parecen de papel. Se plantan en invierno y, con los cuidados adecuados, florecen en marzo con colores que van desde el blanco hasta el rojo intenso. Prefieren un suelo rico en nutrientes y exposición al sol.