Los siete años de mala suerte no nos importan tanto cuando nos hemos cortado al recoger los cristales del suelo de un espejo que se nos ha caído, por ejemplo. Este tipo de accidentes son muy comunes en nuestro día a día: un vaso, un plato, una botella, un jarrón... si te fijas, seguro que tienes muchos elementos y artículos de cristal en casa que, por un pequeño despiste, pueden terminar hechos añicos. Cuando esto ocurre, solemos coger la escoba y el recogedor y así eliminamos los cristales más grandes. Sin embargo, esto no es sinónimo de que ya estén limpiados todos los cristales.
Esto supone un peligro, ya no solo por cortarnos nosotros al intentar recogerlos, sino que al estar en casa, muchas veces andamos descalzos o tenemos mascotas y niños pequeños que podrían ser víctimas también de estos cristales. Como más vale prevenir que curar, te traemos un truco tan sorprendente como curioso y efectivo para recoger hasta los trozos más microscópicos de los cristales que están por el suelo. Para ello, utilizaremos simplemente un alimento en concreto que tienes en casa. Sí, sí, como lo lees. Un alimento. ¡Y además es posible que lo tomes a diario!
El alimento para recoger los cristales del suelo
Nos referimos, ni más ni menos, que al pan de molde. Las rebanadas de este pan, son capaces de limpiar, por completo, todo el suelo de estos pequeños y peligrosos cristales. De hecho, te sorprendería conocer todas las cosas que podemos limpiar con pan. Conseguir eliminar todos ellos, es muy fácil y sencillo y no requiere apenas esfuerzo.
El truco está en coger una rebanada de pan de molde e ir presionando, suavemente, sobre los cristales que haya esparcidos por el suelo. Si no los vemos, también puedes ir haciendo este movimiento por la superficie y conseguirá recoger incluso los que no se ven a simple vista. Un truco casero que puedes repetir las veces que necesites hasta que estés seguro de que ya no queda ningún cristal.
Dónde tirar los cristales rotos
Una vez que hayas seguido paso a paso este truco de utilizar pan de molde para los pequeños cristales del suelo, ahora te preguntarás si es seguro tirar el resto de trozos más grandes que has podido coger con la escoba y el recogedor, a la basura. Nuestra recomendación es la siguiente:
- Envuelve los vidrios rotos en papel de periódico o en un paño viejo. De esta forma, evitarás que alguien no lo vea y se termine cortando.
- Por otro lado, si es cristal reciclable, lleva el vidrio a un punto o contenedor especial para este tipo de residuos. Si no es reciclable, desecha el vidrio roto, previamente envuelto en papel.
- Otra opción es echar el vidrio no reciclable en el contenedor negro para vidrios rotos (donde van los residuos no reciclables y los desechos orgánicos).
¡Y listo! Tu suelo habrá quedado impoluto y sin restos de cristales y tú estarás mucho más seguro de andar por casa. ¡Ya no habrá miedo por cortes sorpresa!