No vamos a negar ahora que la mejor forma de aportar amplitud, profundidad, frescura, luz y sensación de limpieza a nuestras estancias, sea cual sea su tamaño, es pintando las pareces de blanco. Una pared blanca tiene la capacidad de dar mucha luminosidad a cualquier habitación y de favorecer la entrada de luz natural en ella, combina con cualquier estilo decorativo y nos permitirá encajar todo tipo de muebles.

Sin embargo, tampoco podemos negar que una pared blanca se ensucia con tan solo mirarla, más aún si tenemos en casa, niños o mascotas o una vida demasiada ajetreada que haga que, cualquier pequeño roce de la rutina en ella, se convierta en una rozadura o en una marca que, da sensación de sucio y descuidado y que, por más que lo intentamos, no podemos apartar la vista cada vez que pasamos por delante de ella. 

Cuando pensamos en eliminar esas manchas, rápidamente se nos viene a la cabeza la idea de pintar de nuevo la pared para poder taparlas, un proceso engorroso, que nos llevará bastante tiempo y que, si no somos expertas en pintura y, además, como en mi caso, la paciencia no es lo nuestro, puede que no quede del todo bien. Sin embargo, hay muchas opciones para devolver el tono original a nuestra pared blanca sin la necesidad de tener que coger brocha y pintura como, por ejemplo, limpiarlas. Aunque en droguerías y tiendas especializas podemos encontrar productos para terminar con estas manchas y rozaduras, es posible que también acaben con la pintura de nuestra pared, por ese motivo venimos a contarte tres trucos caseros con los que podrás limpiar tus paredes blancas para que luzcan como recién pintadas.

Paredes blancas
El Mueble

 

3 trucos para limpiar las paredes blancas

Antes de contarte las formas con las que podrás limpiar tus paredes blancas, te vamos a dar algunas recomendaciones que te serán de utilidad a la hora de ponerte manos a la obra con tu tarea de limpieza. En primer lugar, debes elegir bien el día en el que vas a limpiar y es recomendable que apuestes por uno soleado, para ver mejor los resultados y también para encontrar con mayor facilidad todas las manchas que debes eliminar. También puedes empezar a echar tu disolución en una zona de la pared de escasa visibilidad, por si queda mal, antes de aplicarla en toda la zona que se ha manchado. Ahora sí, estos son los trucos para devolver a tus paredes blancas todo su esplendor:

  1. Mezcla un litro de agua con una cucharada de amoniaco. Humedece una esponja en la mezcla y pásala de abajo a arriba en la pared. Repite el proceso con un paño húmedo y, por último, con otro seco. Infórmate antes de hacer este truco porque hay determinadas pinturas que no aceptan el amoniaco.
  2. Utiliza goma de borrar para eliminar todo tipo de manchas, rayones o rozaduras de la pared. Después, puedes pasarle una esponja limpiadora (a la venta en tiendas de bricolaje), que solo necesita humedecerla en agua.
  3. Por último, puedes hacer una mezcla de agua, jabón de lavavajillas, vinagre blanco y bicarbonato sódico y, con la ayuda de una esponja, frotar haciendo movimientos circulares. Déjalo secar y tu pared quedará como nueva.