Los españoles somos amantes de las costumbres y, aunque en general sea algo bastante positivo, en algunos ámbitos, como en el del orden y la limpieza del hogar, esto puede ser más contraproducente que beneficioso. Porque, ¿cuántas veces te has hartado de limpiar la casa de arriba abajo y, a los dos o tres días, estaba en peores condiciones que el día que la limpiaste? Seguro que muchas y, como sigas limpiando de la misma forma como has venido haciendo hasta ahora, quizás tu situación no cambie nunca.
Y es que, muchas veces, que la casa se mantenga ordenada y limpia a lo largo del tiempo poco o nada tiene que ver con comprar productos de limpieza más caros o con frotar más veces las superficies, se trata de algo más sencillo y que casi nadie se da cuenta: el secreto está en desterrar una serie de hábitos que tenemos a la hora de ordenar y limpiar y que, en lugar de ayudarnos, complican las tareas domésticas. Aquí te dejamos 8 de esos malos hábitos de los que deberías despedirte hoy mismo.
1. Guardar cosas “por si acaso"
Los españoles somos expertos en acumular objetos que, aunque no nos hagan falta en nuestro presente, preferimos guardarlos en casa por si nos pueden ser útiles en el futuro. El guardar estos porsiacasos es una práctica que debes dejar cuanto antes a un lado ya que lo único que consigues es llenar tus espacios con cosas que rara vez (o nunca) usas. En su lugar, adopta el hábito de revisar periódicamente lo que ya no necesitas y déjalo ir.
2. Entrar en casa con los zapatos de la calle
Entramos en casa con los zapatos de la calle porque no somos conscientes que estamos metiendo la suciedad y las bacterias del exterior al interior de nuestra casa. Una solución sencilla es dejar los zapatos en la entrada y usar zapatillas para casa. Esto no solo mantiene los suelos limpios, sino también mejora la higiene general del hogar.
3. Dejar las camas sin hacer
Aunque parezca un detalle menor, una cama sin hacer da una sensación de desorden en toda la habitación. Incorporar el hábito de hacer la cama cada mañana mejora instantáneamente el aspecto de tu dormitorio y, además, empiezas el día motivada y con sensación de logro por haber realizado esta tarea a primera hora de la mañana.
4. Procrastinar las tareas pequeñas
Dejar para mañana lo que puedes hacer hoy solo acumula más trabajo. Cosas tan simples como lavar los platos después de comer o colgar la ropa al terminar de lavarla, pueden hacer una gran diferencia si las haces en el momento.
5. No quitar bien el polvo
Si limpias el polvo rápido, lo que estás haciendo es moviéndolo y distribuyéndolo por las superficies. Para asegurarte de que quitas el polvo bien, usa paños de microfibra un poco húmedos, de esta forma, te aseguras de que estás atrapando sus partículas y no esparciéndolas.
6. No ventilar la casa
La falta de ventilación acumula malos olores y humedad en el hogar. Abre las ventanas al menos 10 minutos al día para renovar el aire y evitar problemas como moho o alergias.
7. No establecer un lugar para cada cosa
Cuando no tienes un sitio específico para cada objeto, el desorden se apodera rápidamente de tu casa y, además, este mal hábito te hace perder tiempo buscando cosas. Por eso, lo ideal, y tal como le gusta a la gurú del orden Marie Kondo, asigna un lugar fijo para cada uno de tus objetos y asegúrate de devolverlos al mismo después de usarlos.
8. Nevera desordenada
Una nevera caótica dificulta encontrar los alimentos y puede generar desperdicios innecesarios. Organízala por categorías y asegúrate de desechar productos caducados regularmente, esto último también optimiza el espacio disponible.