Un buen calzado es muy importante para que los pies no sufran. Además de protegernos de las inclemencias del tiempo, su calidad evitará que te salgan juanetes, durezas, callosidades o ampollas, pero, a la larga también evitarás problemas de columna, cadera o rodilla. Asimismo, cuando un zapato –o zapatilla de deporte– está viejo y desgastado es mejor tirarlo y comprar uno nuevo. Si los cuidas, te durarán años.
Signos que indican que debes tirar los zapatos
- Cuando la suela está desgastada: si la suela tiene relieve y está muy desgastado, casi al nivel del resto, es hora de retirar ese calzado. Esto vale tanto para los zapatos como para las zapatillas de deporte. En este último caso, si los tacos empiezan a perder su color original, lo mismo.
- Aunque sea solo por un lado: el desgaste por un solo lado suele ocurrirles a personas con una pisada supinadora –hacia adentro– o pronadora –apoyando más el pie en la zona exterior–. Para que no acabe desencadenando en una lesión, lo ideal es que, cuando la suela está muy desgastada por uno de los lado, te deshagas de esos zapatos o zapatillas de deporte.
- Si el interior está roto: si por dentro el cuero o el forro del zapato está roto, seguramente acabarán haciéndote daño o provocando alguna heridita o ampolla, es otra de las ocasiones en las que debes retirarlo de entre tus favoritos. Si está roto por el talón, lo más probable es que sea por la manera en la que caminas.
- Si te hacen daño: si los utilizaste una vez y te hicieron daño, la próxima vez que te pongas esos impresionantes zapatos, volverás a sufrir las consecuencias. Una opción que tienes es llevarlos al zapatero para que los coloque en una horma durante 24 horas, pero si aun así te siguen haciendo daño en los talones o en los dedos, lo mejor es que lo dones.
- Cuando lleves más de 700 km. Si eres aficionado al running sabrás que, aunque depende de las gamas, cuando unas zapatillas han visto esa cantidad de kilómetros, hay que cambiarlas.
- Cuidado con la mediasuela. En las zapatillas de deporte, es la parte de la suela que toca con el pie, la que está entre la suela y el cuerpo superior de la zapatilla, y se encarga de absorber el impacto para que no vaya a otras partes del cuerpo. En este tipo de calzado es lo que primero se estropea, aunque no se perciba a la vista. Si notas que tus zapatillas de correr no amortiguan como lo hacían y el trote con el asfalto resulta molesto, ha llegado el momento del cambio.
Cómo alargar la vida de tus zapatos
Ya sean zapatos de tacón, stilettos, sandalias o unas botas, si quieres conseguir que te duren más años, sigue estas recomendaciones:
- Ponles tapas y suelas. Antes de guardarlos en su caja hasta la siguiente temporada, haz una visita a tu zapatero y cambia las tapas y las suelas. Pueden ser de plástico o de madera y, en cualquiera de los casos, es la mejor solución para evitar que se rompan más.
- Cambia la plantilla. En esa visita a tu zapatero aprovecha a cambiar las plantillas, verás cómo siguen siendo igual de cómodos que el primer día.
- Límpialos antes de guardarlos. Es habitual manchar un zapato con otro al caminar o sufrir, de vez en cuando, algún pisotón. Aquí te explicamos cómo limpiarlos según sea su material.
- Guárdalos bien. No vale eso de ‘tirar’ los zapatos unos sobre otros. Guárdalos en su caja, con una horma para que no se deformen. Y esto cada vez que los utilices. En este artículo te enseñamos a guardarlos bien para que te duren más tiempo.
¿Dónde tiro unos zapatos viejos?
Los zapatos son un tipo de residuo que siempre genera dudas. Si los depositamos en el contenedor amarillo o en el conocido como “resto” –gris o naranja–, lo más probable es que terminen en un vertedero o en incinadoras. Lo más adecuado es depositarlo en sus propios contenedores especiales, los contenedores de ropa. Y aquí es donde, también, nos entra la duda. Hay muchos contenedores en la vía pública que no están autorizados. Para no equivocarte, puedes llevarlo a un punto fijo de tu localidad. Allí hay un contenedor destinado a la ropa usada, gestionado por una entidad sin ánimo de lucro que se encargará de reciclarla adecuadamente. Y si tienes dudas de si el contenedor de ropa que hay al lado de tu casa está autorizado por el ayuntamiento, la OCU ofrece todo el listado.
¿Qué se hace con mis zapatos viejos?
Algunos de los zapatos viejos que se depositan en estos contenedores van a parar a tiendas de segunda mano. Siempre que estén en buen estado, por supuesto. Los que están demasiado rotos o estropeados para una segunda vida se llevan a empresas de reciclado donde reutilizarán sus tejidos. Por ejemplo, la goma de las suelas puede utilizarse para pistas deportivas o el asfalto y las fibras para crear nuevos tejidos. Ten en cuenta que reciclando tu ropa y zapatos viejos, aumentas su ciclo de vida, disminuyendo el consumo y la producción de materias primas y propiciando la reutilización de los materiales.