2. Cámbiate a los textiles de invierno
En el sofá, la cama y hasta el suelo. Cambia la alfombra de fibras o la ligera de algodón por otra de lana: actuará como aislante y protegerá la pisada del frío. También la manta de la cama: si el edredón nórdico no es suficiente, echa también una manta de lana y sábanas de franela. Aunque creas que han pasado de moda, son la mejor alternativa para dormitorios muy fríos.
Y lo mismo con los plaids del sofá e, incluso, los cojines. Las texturas peludas, el borreguiro o los textiles polares te ayudarán a mantener el calor corporal y no será necesario que pongas la calefacción al tope.
3. No tapes los radiadores
Ni con muebles fijos ni con butacas, aparadores o el sofá. Evita colocar nada delante del radiador para que el calor se distribuya de manera uniforme. Tampoco es recomendable colocar la ropa mojada sobre ellos para que se seque. Aumentará la humedad ambiental y no conseguirás caldear las estancias. Si no tienes secadora o no puedes tender la ropa en el exterior, coloca la ropa en un tendedero portátil y colócalo cerca del radiador, pero sin taponarlo ni obstruir su trabajo.
4. Coloca paneles reflectantes
Lo más habitual es que los radiadores de tu casa se sitúen cerca o debajo de las ventanas. Y es que esto ayuda a una redistribución del aire más rápida. Por un lado, el aire frío que entra por las ventanas se calienta al pasar por encima del emisor, creando una corriente de aire frío y caliente. Además, el aire frío baja (porque pesa más) y el caliente sube. Un radiador colocado debajo de una ventana es un 30% más eficiente. Aun así, si quieres que sea aún más eficiente, puedes colocar una lámina reflectante por detrás. Según la OCU, con ellas se puede ahorrar entre un 10 y un 20%. Las encuentras en cualquier centro comercial por precios entre los 10 y los 50 euros.
5. Controla la temperatura
Lo ideal es una temperatura constante entre 19 y 21 °C. Es decir, en lugar de encender y apagar la caldera cuando tienes frío o la casa ya está caliente, es más eficiente programarla. Calentar poco a poco gasta menos que varios encendidos de la calefacción. Y, si bajas un grado la temperatura a la que estáis acostumbrados, lo notaréis en la factura.
6. Coloca burletes en ventanas y puertas
Por las ventanas y puertas se escapa muchísimo calor. Para reducir esta pérdida energética, coloca burletes en todas las ventanas. Mejor elige uno de calidad, aunque sea un poco más caro. Lo notarás en casa y, en consecuencia, en la factura energética.
Asimismo, por la puerta de entrada de nuestra casa, se cuela el frío, el ruido y el polvo. Instala un burlete que evite esta pérdida de calor. Los hay autoadhesivos, muy fáciles de colocar, y que cuentan con una lengüeta de goma de caucho, PVC o un cepillo de nailon que evita que se cuele el frío. Los basculantes, aunque más complicados de instalar, son los más eficientes y evitan que el suelo se estropee.
7. Baja las persianas
Durante el día, aprovecha toda la luz –y calor– que entra por las ventanas y ventila durante 10 minutos como máximo. Por la noche, baja las persianas y echa las cortinas. Así evitas una gran pérdida de calor durante las horas más frías.
8. Apaga los radiadores que no uses
Si tus hijos ya no viven en casa, tienes una habitación de invitados o una estancia a la que no soléis entrar, apaga su radiador y cierra la puerta. ¿Para qué quieres calentar esa habitación si nadie entra en ella?
9. Programa la calefacción
Si no estáis durante el día en casa, programa el termostato para que se encienda una hora antes de llegar: encontrarás la casa caldeada.
10. Revisa los radiadores
Unos radiadores de agua sin purgar pueden hacer que suba la factura del gas, ya que no terminan de calentarse correctamente. Aunque estas alturas ya deberías haberlo hecho, purga los radiadores para eliminar el aire que pueda haber. También deberías limpiarlos bien: el polvo puede hacer que no calienten tan bien como deberían.
11. ¿Tienes calefacción eléctrica?
Pásate a la tarifa de discriminación horaria y te ahorrarás hasta un 30%. De 10 a 12 del mediodía, la electricidad cuesta casi la mitad. Puedes poner tu casa a 20 °C a esas horas, que son las más frías. Durante la tarde, mantener la temperatura será muy fácil.
12. Utiliza la chimenea
Si tienes una chimenea en casa, no dudes en encenderla durante el invierno. Los pellets y la madera es mucho más económica que el gas o la electricidad. Aunque da un poco de trabajo, es muy reconfortante y ofrecen mucho más calor en casa.
13. Usa ropa de abrigo en casa
Aunque a todos nos gusta estar en casa lo más cómodos posible, en invierno, lo mejor es abrigarse bien. También dentro de casa. Además del pijama, ponte una chaqueta de lana y unos calcetines gordos que eviten que pases frío.
Otras soluciones que puedes instalar en casa
Las soluciones que te hemos propuesto son para afrontar las bajas temperaturas de manera sencilla. Pero, si realmente quieres ahorrar en la factura de la calefacción, hay otras soluciones que, aunque requieren de una mayor inversión, son las más efectivas.
Renueva caldera por una de condensación
Las calderas de condensación tienen mayor rendimiento y consumen entre un 15 y un 30% menos que las convencionales. Son más caras, pero la inversión se amortiza en 5 años. También revisa la instalación: tanto la caldera como los radiadores, que tendrás que purgar.
Puertas y ventanas más eficientes
El 40% del calor se escapa por las ventanas y, si son buenas, te pueden ahorrar 600 € en electricidad o 300 € en gas al año. Es importante un vidrio con rotura de puente térmico y que sean muy herméticas.
Instala radiadores de baja temperatura
Los radiadores de baja temperatura son parecidos a los convencionales, pero el agua que circula está a menor temperatura, con el consiguiente ahorro.
Cambia el termostato
Cambia el analógico por uno programable. Los hay inalámbricos, para poder llevarlos a cualquier estancia, y con wifi –se controlan desde una app–. Ofrecen datos de consumo, aprenden de tus hábitos o apagan la calefacción si no estás.
Emisores térmicos para ahorrar
Este tipo de radiadores tiene sensor de presencia, lo que ayuda a reducir el gasto en calefacción. Además, aprenden de tus hábitos y se adaptan a ellos.
Válvulas inteligentes
Van instaladas en los radiadores. Son la mejor opción para pisos con calefacción central. Permiten controlar los habitación por habitación y de manera remota y ahorrar hasta un 37% de energía.
Pásate a la aerotermia
Es un sistema energético renovable que aprovecha la energía calorífica del aire exterior también a temperaturas bajo cero y la lleva al interior de tu casa.
La aerotermia es otro de los nuevos sistemas que aprovecha la energía calorífica del exterior y la lleva al interior de tu casa. Su ventaja es que proporciona calefacción en invierno y aire acondicionado en verano y agua caliente todo el año.
¿Por qué es más eficiente?
La energía que consume el sistema de aerotermia procede en un 25% del suministro eléctrico y en un 75 % del aire exterior gratuito y renovable con el que se puede llegar a ahorrar hasta un 50 % en la factura de la luz de los sistemas tradicionales.
¿Cómo se instala el aerotermia?
Estos sistemas de bomba de calor se pueden adaptar a las instalaciones preexistentes, no necesitan mucho espacio y su mantenimiento es menor. Está compuesta por una unidad exterior, una interior y el sistema de calefacción. Un sistema de aerotermia no necesita instalación de gas u otro combustible, lo que la hace más segura. Asimismo, las revisiones no son necesarias a diferencia de las calderas de gas. Al no haber ningún tipo de combustión tampoco de riesgo de incendio o explosión intoxicación.
¿Cuáles son sus ventajas?
Puede utilizarse con suelo radiante –el más eficiente con aerotermia–, radiadores convencionales y de baja temperatura. Además, con un solo mando se controlan los radiadores, el suelo radiante y el sensor de temperatura. Este mando controla las estancias una alguna, con una temperatura más confortable en cada espacio.
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